30.10.08

Que el último apague las velas

En el cumpleaños de Maradona, una defensa cerrada de las críticas a su designación como técnico de la selección argentina -y, a la vez, en defensa del gran ídolo que el fútbol debería preservar-.

Foto: xudala.blogspot.com
Fotos: xudala.blogspot.com, infobae.com
Videos: YouTube / Usuarios: LuisRiddle, mcjrigo86

Sobre Diego Armando Maradona y su designación como técnico de la selección argentina se ha escrito tanto en las últimas horas que un post más sabe a refrito.

Analistas políticos, gente de farándula, magacines de TV. Todos le dicen feliz cumpleaños a Maradona hoy 30 de octubre y emiten un juicio sobre él. Como siempre, todos viven de él, de su fama y de las noticias -y los escándalos- que genera. Le aplauden las inconductas y lo lisonjean como paradigma mundial del desacato y la irreverencia ante los sistemas establecidos.

¿Y la gente de fútbol dónde está? Aplaudiendo. Porque a los ídolos se los aplaude. Pese a que la gran mayoría de la gente que auténticamente sabe de fútbol y lo vive sabe, con convicción, que la AFA ha cometido un despropósito.

¿Serán Bilardo y Batista los ángeles de la guarda del 'Diez'? (Foto: infobae.com)


Yo empecé a ver fútbol a los cinco años de edad, con el Mundial de México. Si el fútbol hoy me gusta, es porque en la retina tengo los dos goles de Maradona a Bélgica, claritos, nítidos. A esos dos goles -cuando le metió los goles a Inglaterra estaba jugando con mis soldaditos de plomo en el patio de al lado- les debo buena parte de la pasión que tengo por lo que más me gusta en la vida.

Por eso, solo por eso, a pesar de que Maradona me parezca un pésimo ejemplo de persona, nunca he dejado de respetar su imagen, que en mi mente ocupa un lugar junto al Pato Donald como la de un héroe de la infancia.



Detesto con franqueza a todos los que fustigan a quienes criticamos las actitudes de Maradona y para ello se amparan en conceptos como hipocresías sociales, rasgados de vestiduras, escupitajos al cielo y demás. En la gran mayoría de los casos, esa gente de fútbol sabe poco o nada y lo único que quiere es que Maradona siga haciendo escándalos para poder escribir más y más artículos sobre él y vender más y más merchandising sobre él, como ocurrió cuando su irresponsabilidad lo puso al borde de la muerte. Esa gente nunca podría entender por qué el nombramiento de Maradona es un despropósito en términos técnico-tácticos.

Por tanto, prefiero centrarme en la gran obligación que tiene la gente de fútbol: cuidar a los ídolos. Para ello quiero prestarle atención solo a lo que dicen dos personajes que, irónicamente, son casi tan contraejemplares como Maradona para la sociedad. Uno es un auténtico grande de la música: de los pocos que puede hacerme cambiar un domingo de estadio por la cola de un concierto. Se llama Andrés Calamaro y estuvo en Lima el último fin de semana. Canta él: "Siempre te vamos a querer, por las alegrías que le das al pueblo y por tu arte también".

El otro personaje es Roberto Chale, alguien con problemas similares a los de Maradona y acaso la persona que -en mi opinión- mejor ve e interpreta fútbol en el Perú. Le leía hoy que esperaba que Maradona triunfe, por el fútbol y por él, y no por quienes lo habían nombrado para quedar bien antes de que el panorama frente a una reelección se les pusiera complicado.

Calamaro no es un ejemplo para nadie, por el tipo de vida que lleva. Yo admiro su música y creo que en ese plano nadie en el rock hispano le hace sombra. Y coincido con él en que a Maradona se lo debería querer por lo que hizo en la cancha. Ese es el recuerdo que hay que cuidar.

¿Qué se habrá traído entre manos Grondona con la designación del 'Diez' como técnico? (Foto: infobae.com)


Chale no es un ejemplo para nadie, por el tipo de vida que lleva. Yo admiro su capacidad para leer rápido un partido y tirar a la cancha dos cambios que pueden modificar un resultado. Y temo que a Maradona pueda acabarle ocurriendo lo mismo que le pasó al ex 'Niño Terrible' en el Alianza Lima de 2005: ser vilmente aprovechado como piñata mediática para tapar problemas de gestión. Salvando siderales distancias, quiera el fútbol que en eso Julio Grondona no se acabe pareciendo a Alfonso de Souza Ferreyra.

14.10.08

Entre la gitanería y la inmolación

Foto: revista El Gráfico Perú

Aunque el partido contra Paraguay de este miércoles tenga aroma a suplicio anticipado, es en el Defensores del Chaco donde la selección ha sabido mostrar una de sus facetas más características: la de la gitanería.

Fotos: revista El Gráfico Perú

La lógica diría que a Perú le toca perder, y feo, este miércoles. A saber: i) Juega contra el mejor equipo de la Eliminatoria, que parece capaz de ganarle a cualquiera; ii) ha perdido todos sus partidos de visita, casi siempre por goleada; iii) este no es el Paraguay de Chilavert, que en medio de su ímpetu ganador lo hacía pecar por soberbia en circunstancias como estas, sino el de Martino, un argentino humilde como pocos; iv) este es el Perú de Del Solar, un técnico cuyas lecturas tácticas han lindado con lo bisoño en circunstancias previsibles; v) es un partido del primero contra el último, del gato contra el ratón.

Pereda al ataque en el Defensores del Chaco por las Eliminatorias rumbo a Francia '98 (Foto: revista El Gráfico Perú)Pero así como lo anterior es archiconocido, también lo es que el fútbol peruano es gitano. Gitano incluso en estas circunstancias de podredumbre dirigencial, en las cuales -por ejemplo- se consiguió una clasificación a un Mundial juvenil para cumplir un papel decoroso sin que existiera una planificación de por medio. O una goleada sobre Uruguay cuando un empate parecía tarea titánica. O un empate sobre Brasil cuando la derrota sonaba cantada.

Asimismo, la historia cuenta que el Defensores del Chaco ha visto elevada al clímax esta dimensión gitana. Compárense por ejemplo los partidos eliminatorios de 1993 y de 1997, jugados en dos circunstancias diametralmente opuestas. El primero, en la sima de la era Popovic y luego de dos derrotas en casa, con un equipo repudiado por la maquinaria mediática. El segundo, en el pico de las emociones de la era Oblitas, luego de un triunfo ante Chile que había reenganchado a la afición. Los resultados, que son los que al final quedan en los registros, coincidieron: 2-1, con todos los goles en los primeros tiempos para caer -con mucha lucha de por medio- en los segundos. Una vez anotó el propio 'Chemo' de penal, la otra Pereda en una buena culminación; pero en ambos casos a los guaraníes les fue muy trabajoso labrar la victoria.

Del Solar en acción durante la ominosa goleada 5-1 de noviembre de 2000 (Foto: revista El Gráfico Perú)Claro, si de pesadillas se trata se puede evocar el partido de noviembre de 2000. Aquella vez que Perú llegaba como ahora, de perder contra Bolivia jugando horrible, aunque -hay que decirlo- al menos esta vez lo ha hecho con jugadores que tienen clubes y no con algunos inactivos, como sucedió entonces con Alfredo Carmona (Uribe copyright, se sobreentiende). Pese a ello, había suficiente conciencia en las horas previas para desplegar fotos de Darío Muchotrigo y el 'Chino' Pereda amedrentando a una estatuilla de Chilavert, bajo el lema de que ellos ya sabían anotarle. Claro, Chilavert más bien anotó uno de penal, 'Chemo' metió un autogol y al final el inesperado 5-1 desencadenó lo mismo de siempre: portadas negras, pedidos de renuncia y más barullo que se acaba al domingo siguiente con la fecha próxima del Clausura.

Los positivos y los que todavía ven a Ricardo Belmont, en cambio, preferirán recordar la última Eliminatoria, cuando otra vez se había perdido contra Bolivia -y contra Botero-, jugando aun más horrible y con presagios de repetir el plato. Paredes hizo lo mismo de siempre: un gol antes de los 15', y todo cerraba. Pero más se cerró la defensa peruana, tanto que forzó un penal en el área rival que Solano capitalizó y hasta tuvo todo para ganarla de contra en aquel inolvidable balón que Guerrero no pudo conectar en el segundo final del partido. Empate 1-1 de esos con sabor a todo.

Guerrero en acción durante la última visita al Defensores del Chaco: empate 1-1 en 2004 (Foto: revista El Gráfico Perú)Archiconocido es, pues, que el fútbol no tiene lógica. Como no la tiene, los peruanos seguimos queriéndolo y viéndolo. Y como eso ocurre, es factible decir que este miércoles la gitanería puede jugar su propio partido.

Sí, claro, es tristísimo recurrir a ello para creer en que la historia de este miércoles no está preescrita. A lo mejor, ese vaivén pendular es de lo poco que le queda como esencia a un fútbol perdido en el marasmo del caos organizacional. Por lo que si más bien se da la lógica, podría empezar a decirse que el balompié peruano ya no es uno de gitanos, sino de los que pierden cuando saben que van a perder y de la forma en que saben que van a perder. Algo así como la Venezuela de los '90, por decirlo a las claras.

Que la vocación por la inmolación sea preferible a aquella por la gitanería es, más que una disyuntiva juzgable de modo contundente, un tema ampliamente discutible por los lectores, al menos para mitigar el post-partido.

9.9.08

Fotos y recuerdos

Composición fotográfica: Sandro Mena / DeChalaca.com

Si el partido con Brasil es una convención social que se repite cada cuatro años para la sociedad limeña, el partido con Argentina acaba siendo la llave que al buen hincha del fútbol le permite abrir el baúl de los recuerdos personales más profundos.

Composición fotográfica: Sandro Mena / DeChalaca.com

UNO

Antes de que alguien bajara para el lonche sabatino, desconecté el televisor de la cocina y lo puse en la maletera de mi auto. Fue unilateral, casi un hurto familiar, pero el motivo era válido: tenía cierre de edición de la revista que editaba en la universidad y nos habían prestado una oficina que tenía todo menos tele. Tévez se le escapa a Galliquio en la noche del 1-3 en el Monumental por las Eliminatorias a Alemania 2006 (Foto: revista El Gráfico Perú)Con una práctica calificada el martes y 64 páginas por editar, casi nadie entendía qué hacía yo perturbando el cierre en búsqueda de una antena de conejo para ese aparato de 14'' "perdiendo el tiempo que en la Pacífico a nadie le sobra para ver perder a una selección que siempre pierde". Y que perdió, por 1-3 y con mucha claridad. Esa noche de setiembre de 2004, cuando después del gol de Coloccini me fui a corregir un rato el crucigrama mientras recobraba el humor, comencé a sentir que los Perú-Argentina habían dejado de gustarme.


DOS

Pero creo que en realidad nunca podrían dejar de gustarme, aunque siempre me haya costado mucho ir a ver uno. Recuerdo que en agosto de 1993, la maquinaria mediática se había centrado en "la que iba a ser la primera derrota eliminatoria ante Argentina en Lima con las entradas más caras de la historia". Es verdad, fue derrota con gol de Batistuta (ver video 1). Y las entradas fueron caras, porque mi papá, que jamás me dijo no a un capricho de niño, no me quiso llevar al estadio después de revisar cuánto costaban los abonos en Deporte Total. Igual esa vez sentí que no me perdí demasiado más que algunos insultos a Popovic -por extranjero- y Barco -por cuñado-.


TRES

De insultos, más bien, supe poco una tarde de setiembre de 2000, en el palco de prensa del Nacional. Un argentino, Tempone, disparaba un misil contra el arco argentino; y otro argentino, Samuel, la metía de rebote en el arco argentino. ¿El resultado? Un gol peruano, la única forma que había de que una lágrima de equipo llegara a él. Verón fusila a Vegas y decreta el segundo tanto argentino en el 1-2 de las Eliminatorias para Corea-Japón 2002 (Foto: revista Conmebol)Retumbaba en mi mente una frase que me había dicho meses antes don Lucho Puiggrós en la redacción de Don Balón Perú: "Maturana es el rey Midas de la caca. Todo lo que toca lo vuelve porquería". En eso, escuché unas carpetas más allá al redactor de un diario de 50 céntimos -que una vez puso en portada a Oblitas con traje a rayas y que había promovido la interrupción del proceso para la llegada del 'Pacho'- decir: "Maturana se tiene que ir". Le metí un puñetazo a la mesa y me contuve. Dicen que no se hace periodismo de periodistas, pero lo quería insultar. Creo que debí hacerlo.


CUATRO

El que habría estado de acuerdo con quien no lo insultara, sin duda, era mi profesor Genaro. El más grande maestro de vida que tuve fuera de mi casa y que me enseñó no solo a escribir en la Primaria, sino a comportarme. Y que siempre me decía que era aliancista por una única razón: por 'Perico' León. Todo porque él había estado en el estadio la tarde del golazo a Cejas en agosto de 1969. Postal sublime: el festejo de 'Perico' en el arco Sur luego de batir a Cejas y abrir el camino peruano hacia México '70 (Foto: libro Goles con Historia, Teodoro Salazar Canaval)El profesor contaba y repetía con un detalle único la jugada: "Fue un pasesazo increíble de Chumpitaz a la salida de un córner, casi desde su propia área. Aunque no lo crean, la pelota recorrió más de 40 metros en el aire hasta que 'Perico' la amortiguó con el pecho, le ganó el cruce a Cejas sin que la pelota tocara el suelo y se la cruzó por encima". No creo que haya pecado más grande para la filmografía peruana que no tener ese video, que sería largamente la imagen con más clics en YouTube originados en este país. Si hay algún video que me gustaría encontrar en mi vida, es justamente ese.

CINCO

En cambio, hay otra imagen que aunque pocos me crean, sí guardo en la mente. Tiene que ver con el primer recuerdo que tengo de un partido de fútbol y además se asocia a una de las personas que más quiero: mi abuelita Cristina. Era mayo de 1985, tenía cuatro años y, aunque no me acuerdo del gol de Oblitas (ver video 2), conservo otra visión clara en mi retina, en la sala de mi casa. Con todos en torno del televisor. Y ella, en voz mitad de euforia, mitad de protesta, diciendo: "¡Cómo lo marcan al Maradona, pero mira cómo lo marcan al Maradona!". Muchos años más tarde, cuando reporteando me quedé encerrado en el camarín del América Cochahuayco y pude ver el tono de una charla técnica de la dupla Chale-Reyna en vivo y en directo, supe a ciencia cierta que esa imagen infantil tenía sustento.



SEIS

Ahora, si de mi abuelita Cristina y fútbol se trata, otro es mi recuerdo favorito. Iban 29 minutos de un partido cargado como él solo, con un Nacional hirviendo en medio de un proceso tenso como el de Oblitas. Y en eso, el brasileño De Souza Mendonca cobró lo que nunca se espera: que le expulsen un jugador clave al rival de Perú. Balbo se iba de la cancha y lo imposible comenzaba a ser posible. El 'Chorri' Palacios escapándosele a Matías Almeyda en el 0-0 de las Eliminatorias hacia Francia '98 (Foto: revista El Gráfico Argentina) En ese momento cumbre, mi abuelita soltó una máxima: "¡Qué lástima que expulsen a ese muchacho tan buen mozo!". Corría julio de 1996, tenía 15 años y, gracias a esa frase, entendí muchas cosas de la vida (y de las mujeres, y del fútbol).

Para acabar, puedo contar que mi tía Doris se casó con un gran y auténtico gaucho de las pampas -como lo llaman en mi casa- y nos dio tres primos argentinos. Siempre según mi abuelita, el mayor de ellos, que tiene mi edad, decía en la casa después de aquella eliminatoria del 85': "Mamá, yo soy argentino, pero la verdad quiero que ganen los peruanos".

Julio, esta vez yo también quisiera que ganen los peruanos, pero...


Fotos: revistas El Gráfico Perú, El Gráfico Argentina y Conmebol; libro Goles con Historia, Teodoro Salazar Canaval

Videos: YouTube / Usuarios: Broncano, Juanmag84

16.8.08

Pásenle la botella

Juan Jayo parece haber querido hacer un último esfuerzo por ser recordado de cualquier forma menos como un ídolo respetable en el fútbol peruano. Su desplante a José Gálvez de Chimbote corona el esfuerzo del propio jugador por ensuciar una carrera que supo de suficientes momentos para pasar a la historia de otra forma.

Foto: Diario de Chimbote

Fotos: revistas Estadio y El Gráfico Perú, Diario de Chimbote
Video: You Tube / Usuario: eltopetatengue


Jayo va a volver a Alianza luego de una novela mediática en la que no conviene perder tiempo. Porque ya es sabido que si en estos tiempos hay en el fútbol peruano algo menos legítimo que la Videna y sus cabecillas, eso es la dirigencia del cuadro íntimo, sostenida sin un proceso electoral que la haya avalado. Entonces, exigir en Matute respeto a los contratos ajenos, consecuencia con las decisiones que se toman o algún atisbo de gestión dirigencial eficiente (¿alguna teoría organizacional resiste que una institución esté dispuesta a pagar 50 mil dólares por recontratar un empleado que acaba de despedir?) constituye poco menos que un escupitajo al cielo.

El grito de Jayo ante la 'U' luego de marcarle a Yupanqui en la Liguilla de 1994 (Foto: revista Estadio)Por ello, más interesante resulta cuestionarse cómo un jugador que tuvo todo para ser una figura reconocida ha acabado perdiéndose en la antipatía popular, que hace diversas -pero igualmente crueles- categorizaciones con él.

"Jayo es un inmaduro". Probablemente sí. Al menos en la cancha, porque hasta estas alturas de su carrera ha sabido ver la roja por tonterías. Y fuera de ella, haber tomado una decisión como firmar por un club para regresar a otro que lo echó refleja, cuanto menos, poco amor propio.

"Jayo debe retirarse". En verano, el volante se ofendió en un amistoso ante EMELEC porque un juez de línea le dijo "retírate" cuando probablemente se refería a que debía alejarse de ese sector de la cancha. Solo él sabrá cuál es el momento óptimo para colgar los chimpunes. Eso sí: es ley en el fútbol que es preferible irte en olor a multitud antes de que la tribuna te bote. Y a Jayo nadie lo pidió en Sur durante las últimas semanas.

"Jayo es un matón". No le consta a nadie y puede que sea una frase muy fuerte, pero es claro que en Matute le temen desde los directivos hasta los guachimanes -basta verlo caminar por allí para darse cuenta-. En el campo, sus mentadas de madre gratuitas a los árbitros, que las cámaras delatan cada vez que lo filman, le han reforzado una imagen de capo antes que de líder o caudillo. Mediante el miedo, alguien puede dominar, pero nunca hacerse querer.

El festejo tras su golazo a Chile en Santiago por las Eliminatorias, en abril de 2000 (Recorte: revista El Gráfico Perú)"Jayo no tiene ética". ¿A alguien le queda alguna duda?

Por otro lado, como siempre, hay abogados del diablo. Esos que bajo la bandera del "hay que entender la idiosincrasia del jugador peruano" califican de falsos moralistas a todos los que pedimos algo de decencia al sistema futbolístico en el país. Y entre ellos tampoco faltan los lugares comunes.

"Jayo ha hecho demasiado por Alianza para merecer ese trato". Es verdad que un jugador de las canteras que ha acompañado la etapa dura del club -la sequía de títulos-, la vuelta olímpica después de 19 años y tres campeonatos más merecería un adiós mejor que una carta de despido. ¿Pero quién se lo buscó? ¿Un club de fútbol debe tener dobles procedimientos con sus empleados, licencias especiales? ¿Por qué este país siempre tiene que dar segundas oportunidades?

"Jayo no podía acabar su carrera jugando en un club chico". Chimbote tiene casi 450 mil habitantes. Casi todos esos habitantes son hinchas, fanáticos -como en pocas partes del Perú- de José Gálvez. Gálvez es uno de los clubes que más gente lleva al estadio (casi 7 mil personas en horario laborable ante Minero el último miércoles). El que diga que es un club chico, sabe poco o nada de fútbol. Y así se hubiera ido a San Martín, la 'Muela' sola no merecería un desplante tal como abandonar un equipo en el aeropuerto.

"Jayo solo había jugado por Alianza, y eso pesa".
En estos tiempos es muy difícil encontrar un jugador que solo vista una camiseta a lo largo de su carrera. En los últimos tiempos, hubo dos en los clubes grandes: Hinostroza y Carranza. El primero, mientras todos sus compañeros estrenaban carros del año, invirtió en una flota de ticos y en la construcción de un edificio; luego fue alcalde del distrito en el que de niño limpió carros. El segundo se quejaba después del retiro de que su club no le daba trabajo y ahora baila los sábados en la televisión. Quiera el tiempo que Jayo acabe pareciéndose al 'Churre' en algo más que el color de la camiseta.

"Jayo no puede regresar a Chimbote porque el alcalde lo ha indispuesto con el pueblo". Cuando un futbolista dice una sandez, siempre hay alguien doblemente sandio que le hace eco.

Una reflexión, para terminar. El último miércoles, en el Universitario-Cristal, el 'Chorri' Palacios salía caminando del campo cuando Raúl Fernández corrió tras de él y comenzó a apurarlo, empellones de por medio. Hasta algunos hinchas cremas se indignaron con algo que en términos de códigos futboleros -que un principiante tome de la camiseta a un ídolo nacional- es leído como una falta de respeto.

Con la chompa de entrenamiento de Gálvez, el club al que le ha faltado el respeto (Foto: Diario de Chimbote)El 'Chorri' tiene la misma edad que Jayo. El 'Chorri' ha hecho una carrera muy parecida en circunstancias a la de Jayo, hasta incluso más rala en términos de logros, porque nunca llegó a Europa. El 'Chorri', jugando para Cristal, les marcó goles importantes a Universitario y a Alianza, pero no registra en su carrera un partido con dos golazos de su sello de media distancia a los rivales más enconados de la celeste como el que Jayo tuvo ante la 'U' en la Liguilla de 1994. El 'Chorri' metió varios de esos golazos desde fuera del área ante muchas selecciones jugando para Perú, pero jamás convirtió uno así ante Chile, el rival por excelencia de la blanquirroja, como el que le anotó Jayo en las Eliminatorias del año 2000. El 'Chorri' recibió elogios y muestras de cariño en México y Ecuador, pero jamás un gol suyo por esos lares tuvo tanta exposición mediática como el golazo que marcó Jayo con camiseta de Unión de Santa Fe en cancha de River Plate. Por último, el 'Chorri' tiene tantos o más ampayes televisivos en juergas y circunstancias incómodas que Jayo.

Me cuesta suponer que, el último miércoles, alguien se hubiera indignado porque Fernández hubiera empujado a Jayo para salir del campo. Y más bien supongo con facilidad que el 'Chorri' jamás habría dejado a Gálvez en el aeropuerto.

18.7.08

No es obra de magia

Estos días en que el escándalo ha estado signado por un nuevo acto de indisciplina en Alianza Lima han coincidido con el nombramiento de Luis Miguel Valdivieso Montano como ministro de Economía y Finanzas. Ambos hechos tendrían poco que ver si no fuera porque el nuevo ministro es hijo de Juan Ángel Valdivieso Padilla. El 'Mago', para mayores señas, extraordinario arquero íntimo, acaso el mejor de la historia del fútbol peruano.

Fotos: libro 200 Clásicos de Historia, Lorenzo Villanueva Regalado; ANDINA; Libro de Oro de Alianza Lima

El 'Mago' es un auténtico ídolo de Matute, amén de que durante sus últimos años haya dejado de ir al estadio porque alguna vez un desubicado le preguntó en la puerta quién era y no lo dejó pasar. En el anecdotario quedan sus cuatro penales atajados en siete partidos disputados en la gira blanquiazul por Chile en 1935 -el llamado 'Rodillo Negro'-; los siete goles que marcó la tarde del 15 de agosto de 1933 ante el Sportivo Unión, cuando dejó su puesto en el arco a Fortunato Campos y se animó a jugar como delantero; su actuación en los Juegos Olímpicos de Berlín 1936; sus duelos con 'Lolo' Fernández en los clásicos y, sobre todo, su aliancismo a flor de piel, compartido con aquel 'Equipo de Oro' de los años '30.

Esos aliancistas, como los de hoy, también tomaban, y bastante. Pero con ligeras diferencias -fuera de que el fútbol de estos tiempos se juegue a la velocidad de la luz y no de la calesita-. Narraba el 'Mago' en el Libro de Oro de Alianza Lima: "En Alianza éramos íntimos, si querían invitarnos una cerveza aceptábamos con gusto. Todo el mundo sabía tomar. Eso sí, antes de jugar no tomábamos. Eso es lo que yo discuto con mucha gente, ¿cuándo vieron a Villanueva llegar borracho a un partido? Nunca. Lo que pasa es que ni bien terminaba de jugar se iba a festejar, pero jugar borracho, jamás (...)".

Contundente. Tanto como el éxito personal y profesional del 'Mago', a quien tuve el privilegio de conocer hace algunos años, cuando frisaba 91, en su casa de la urbanización Mirones. Modesta por fuera, pero sobria y cálida por dentro, repleta de calor familiar y admiración por un hombre que, luego del fútbol, había trabajado con éxito como entrenador -en Deportivo Municipal- y servido por tres décadas a la Municipalidad de Lima. Pero sobre todo, que se había preocupado de otorgar educación a sus hijos, así como su padre, sargento de la policía, lo había alentado alguna vez a triunfar bajo el arco.

Don Juan falleció en mayo del año pasado, por lo que no ha llegado a ver en vida el mayor de sus éxitos, fuera de todos los comentados y sus seis campeonatos en el arco de Alianza. La realización de su hijo, reconocido funcionario del Fondo Monetario Internacional, como ministro de Economía, el mayor encargo al que un peruano que se dedica a esa carrera puede aspirar en el país. Y habiendo surgido profesionalmente con un respaldo económico muy inferior al que el hijo de un futbolista promedio de estos tiempos puede obtener.

Por eso, me suscita inquietud saber cuántos hijos de cuántos jugadores asistentes a la fiestecita de Manco podrán aspirar, en un futuro, a ser ministros de Estado. Apostaría un par de cervezas -después del fútbol- que es tan poco probable como que en unas seis décadas, un periodista pueda sostener una conversación inteligente y alturada con un "líder" aliancista de hoy como por ejemplo, Juan Jayo. Porque si Valdivieso mantenía el tono amable y educado en cada una de sus palabras, cada vez que una cámara enfoca al hoy capitán blanquiazul encuentra gestos agresivos y, durante los partidos, labios tejiendo mentadas de madre.

Quiera el tiempo que estas palabras caigan en saco roto e hijos de futbolistas como Spiderman Flores (primogénito de Juan 'Chiquito') o Pablo Aimar Cruzado (hijo de Rinaldo) lleguen no necesariamente a ser funcionarios, sino apenas gente exitosa.

8.7.08

Que pase el siguiente

Una conjetura -que acaso peca de pesimista- acerca del futuro de España en la élite del fútbol mundial una vez culminado el ciclo de Luis Aragonés.

Fotos: EMPICS

El grito de triunfo español podría ser uno en mucho tiempo si no se plasman cambios realmente estructurales en su esquema de juego (Foto: EMPICS)El adagio dice que cada maestro tiene su librito y a él responde. Quien suscribe debe reconocerse, desde su muy distante posición en Lima, Perú, crítico de Aragonés. No tanto por haber dejado fuera al 'Ángel de Madrid', porque las razones disciplinarias sí pueden ser más poderosas que las futbolísticas, sino por creer que su propuesta distó mucho de haber impreso una revolución en el fútbol español. Y -mucho más allá de eufemismos- por sostener la tesis de que a España, de seguir jugando así como lo hizo en la Euro, le costará otra vez bastantes años poder repetir el grito de campeón.


SIN PASE A LA RECTIFICACIÓN

Por estos días, Internet está abarrotado de cartas de disculpa y rectificaciones dirigidas a Aragonés por parte de quienes supieron ser sus más enconados detractores. "No se ha hecho más para que me quede", dijo el viejo Luis al anunciar su partida a Turquía, y la verdad es que nadie podría mezquinarle agradecimientos por estas épocas. Pero de allí a decir que España ha dado el salto definitivo al sitial grande que por nombres hace tiempo merecía en el fútbol mundial resta un trecho grande por cubrir.

España superó a Alemania no solo en la final, sino en la cantidad de pases entregados a lo largo de la Euro (Foto: EMPICS)Los números no podrían hablar en contra del 'Sabio de Hortaleza'. De 54 partidos dirigidos desde 2004, ganó 38, empató 12 y perdió apenas 4. Pero los números también alcanzan otro tipo de luces. A lo largo de la Euro, de acuerdo con el Castrol Performance Index (índice que midió el desempeño de los jugadores y equipos participantes en la competición), España acumuló la friolera de 3,415 pases completados, 81.3% de los cuales fue entregado de modo efectivo. Una cantidad grosera si se toma en cuenta que el segundo equipo con más pases fue Alemania con 2,606.

¿Grosería tanto pase si sirvió para "dormir" a los rivales y asestarles golpes de muerte en los momentos precisos? ¿Si estadísticamente más de cuatro de cada cinco de esos pases cumplieron con su cometido? Sí. Sobre todo, por lo predecible: el de España fue un fútbol antiguo, tocador a ultranza como el Brasil de los '70, preciosista para los amantes del fulbito. Pero sus argumentos de sorpresa no pasaron de lo convencional: alguna descolgada de su hombre de marca (Xavi), el aporte de un cerebro (Fábregas) y dos delanteros duchos en su oficio (Villa y Torres). Es, en otras palabras, un equipo que sigue practicando un fútbol por debajo de su potencial. La variante táctica apareció solo -oportunamente, por supuesto- ante Alemania, cuando la lesión de Villa obligó a reinventar la función de Torres.

La ultradefensiva Grecia podría haber sido un buen termómetro para la táctica española del pase repetido, pero se enfrentaron con los helénicos ya eliminados (Foto: EMPICS)Cabe la aclaración: no se dice que España juegue mal; se dice que su juego no es innovador ni revolucionario. No se dice que eso no haya sido útil; se dice que muy probablemente no lo sea para la era post Aragonés. Esquemas ultradefensivos, de esos que se cierran sin tapujos y solo apelan al contragolpe, y de los que España no enfrentó en un solo partido de la Euro -Grecia, acaso el mejor termómetro de su itinerario para encarnar ese rol, la enfrentó estando ya eliminada-. Y que serán el tipo de esquema que esta España campeona de Europa afronte, por ejemplo, en la primera fase del Mundial de Sudáfrica.


EL DÍA DESPUÉS DE LUIS

Casi como cantaleta: no se trata de postular que España haya campeonado la Euro injustamente -como si la justicia fuera un concepto válido para analizar el fútbol- o hacer algún otro tipo de reclamo gaseoso. Esta solo es una hipótesis respecto de que así como la propuesta del pase y el toquecito le permitió esta vez dar la vuelta, es posible que en una competencia como el Mundial le reportara una eliminación temprana. Rusia -que a despecho de su buena campaña en la Euro, es el típico rival promedio de instancias como una primera fase- le pateó cuatro veces al arco con bastante libertad en el primer tiempo su choque en semifinales. Es solo una señal de alerta.

El coraje español ante Italia fue el momento más alto de la 'Furia' en la Euro (Foto: EMPICS)¿Qué hizo, entonces, el ciclo Aragonés por el fútbol español en términos estructurales? Sin intención de caer en un lugar común, algo muy importante: el cambio de actitud. La superación de traumas, aun cuando para pasar la barrera de cuartos hayan hecho bastante el azar y las manos de Casillas. Pero en ese empuje español contra Italia, en el arrinconamiento que hizo al arco de Buffon durante 120 minutos y en un espíritu triunfador inquebrantable, España ganó la Euro. Los tres goles a Rusia y la definición de Torres ante Lehmann fueron, en términos relativos, instrumentos que permitieron dar una vuelta que por coraje se había construido en cuartos.

España tuvo siempre, durante las últimas décadas, el talento. Ahora tiene también los bríos. Un sistema que explote al máximo el potencial táctico de sus figuras es el siguiente reto. ¿Alguien dijo 'Rafa' Benítez? Traducir el red al rojo sería una opción atractiva.

3.7.08

De sparring de Alianza a campeón de América

En ocho años, Liga Deportiva Universitaria saltó de la Serie B ecuatoriana al título de la Copa Libertadores. Un ejemplo para contemplar desde canchas donde reina el cortoplacismo.

Fotos: revista El Gráfico Perú, diariocorreo.com.ec, MEXSPORT

Marko Ciurlizza en acción ante LDU en enero de 2001. Esa noche, los ecuatorianos ganaron 2-3 en el Nacional de Lima al Alianza del centenario (Foto: revista El Gráfico Perú)El fútbol ecuatoriano ha conseguido en el Maracaná el éxito más importante de su historia.

Porque amén de lo importantes que puedan haber sido las clasificaciones de su selección a los dos últimos mundiales, conseguir un título es un logro mayúsculo y con mayores efectos de largo plazo para el desarrollo de un sistema futbolístico sólido. El caso de Liga Deportiva Universitaria constituye, así, una lección que bien convendría repasar en el fútbol peruano.


OCHO AÑOS BASTAN Y SOBRAN

Pocos memoriosos recordarán que a inicios de la década, en enero de 2001, Liga vino a Lima para jugar un amistoso contra Alianza Lima, que estrenaba a Paulo Autuori como técnico. Era aquel equipo del centenario íntimo conformado con un ostentoso gasto, tan insostenible que luego de conseguido el título del Apertura de ese año, el plantel se desmanteló y en el Clausura el cuadro blanquiazul acabó décimo.

Liga, en cambio, atravesaba uno de los capítulos más difíciles de su historia. El equipo blanco acababa de descender a la Serie B (segunda categoría) del fútbol ecuatoriano y había sufrido el éxodo de sus principales figuras, entre ellas Alfonso Obregón y el colombiano Álex Escobar. De hecho, cuando Liga llegó a Lima su máxima carta de gol era nadie menos que el argentino Oscar Pacheco, un atacante regularón que en 1996 había pasado sin pena ni gloria por la delantera del FBC Melgar de Arequipa.

El 'Chorri' Palacios también pasó por LDU durante el proceso de la década actual y fue ídolo (Foto: diariocorreo.com.ec)Las críticas a la directiva aliancista no se hicieron esperar. "Cómo
van a estrenar el equipo del Centenario contra un club de Segunda", se
decía. El hecho es que en la cancha del Nacional, Alianza cayó
derrotado 2-3 ante ese equipito segundón, para colmo luego de haber
estado arriba por dos goles de ventaja.

Aquel partido, como todo amistoso, constituye una mera anécdota. Pero sirve para comparar historias de dos grandes capitalinos. Uno de Lima, que cortoplacista y populistamente se empecinó en ganar un título para celebrar su aniversario 100, y otro de Quito que trabajó para salir de su mal momento hasta alcanzar un logro verdaderamente significativo.

La historia íntima es conocida: tras ese título de Apertura y posterior Clausura desastroso, ganó el campeonato 2001 en el Cusco con el español Herráez de técnico -hasta ahora seguramente no se la cree- y por penales gracias a las manos de Roverano, a quien los directivos echaron vilmente dos años después por el pecado de exigir su salario. Sobre la base de un esquema dirigencial de corte gamonal, Alianza consiguió algunos títulos más en la década hasta que el mecenas se fue y el desorden se impuso para coronar un primer semestre de 2008 catastrófico.

En Liga, en cambio, se apostó por un desarrollo serio. El equipo volvió a la Serie A para 2002, y un año después alcanzó el título de la Primera División ecuatoriana. Pero antes que dilapidarse en festejos locales, creyó en la inversión para cosechar logros internacionales. Por Ponceano pasaron, entre otros, Jorge Fossati y Juan Carlos Oblitas, cada cual con un título bajo el brazo. En la Copa Libertadores fueron acumulando pasos: octavos de final en 2004 y 2005, cuartos de final en 2006. En la Copa de 2007, ya con la dirección de Edgardo Bauza, hubo un traspié en la primera fase al quedar eliminados a manos de Colo Colo y Caracas; pero no hubo desesperación ni cabezas rodadas. Bauza continuó, alzó el título ecuatoriano a finales de temporada y ahora fue el gestor de esta campaña histórica.

La fiesta ecuatoriana en el Maracaná (Foto: MEXSPORT)PARA APRENDER

En Ecuador los dirigentes no son la última Coca-Cola del desierto ni nada que se le parezca. Como muestra bastó anoche, durante la entrega de medallas a los jugadores liguistas, escuchar el sonoro "¡Chiriboga fuera!" como clamor de la Muerte Blanca (barra de LDU) por la salida del presidente de la Federación Ecuatoriana de Fútbol, Luis Chiriboga. Pero la diferencia con estas tierras pasa por que hay clubes que funcionan como instituciones y desarrollan proyectos deportivos integrales, como el propio Liga (poseedor de un country club de 45 hectáreas en las afueras de Quito) y el Barcelona de Guayaquil, por citar dos ejemplos.

El día que se entienda que Burga está enquistado, más que por su terca obstinación y nula vergüenza, por la incapacidad del sistema futbolístico de desarrollar entes sólidos, el fútbol peruano habrá dado un gran paso hacia su desarrollo. El día que se entienda, también, que una clasificación al Mundial no es el principio y el fin del universo, también se habrá dado un avance decisivo hacia el desarrollo de un sistema maduro, ese que entiende que sus clubes, los que construyen semana a semana el producto-fútbol, son los principales agentes de éxitos. Y, por ende, que un título internacional como el de la Libertadores es mil veces preferible como logro.

Por ahora, queda seguir quemando muñecos de año nuevo y aplaudiendo, a lo lejos y en voz baja, el éxito ajeno de un club modelo que en ocho años saltó de la segunda categoría de su fútbol al podio más alto de Sudamérica.

1.6.08

Sagas paralelas

El anterior fin de semana, José Soto y Juan Reynoso dejaron de ser técnicos de sus respectivos equipos: Alianza Lima y Coronel Bolognesi. Una nueva coincidencia para ambos, entre las varias que la vida y el fútbol les han deparado.

Fotos: revista Once, ANDINA, DeChalaca.com

Custodiando los extremos de la zaga en las Eliminatorias de 1997 (Foto: revista Once)

Soto y Reynoso, compañeros de zaga en aquella selección que disputó las Eliminatorias rumbo a Francia ’98 -la que más cerca estuvo de devolver a Perú a un Mundial en las últimas tres décadas- nunca coincidieron en otro equipo. Pero sí ocuparon, por ejemplo, la capitanía de Alianza Lima, y supieron lo fue dejar Matute en circunstancias poco honrosas. Conocidísima es la historia de la salida del ‘Cabezón’ en el verano de 1993 para vestir la camiseta de Universitario, en un acto que en tienda blanquiazul fue entendido como una traición; pero hoy por hoy no muchos recuerdan la partida de Soto en el verano de 1995 a Sporting Cristal, cuando justamente este club iba a enfrentar a los íntimos en la Copa Libertadores.

También coincidieron en el único destino futbolero que sus carreras les depararon en el exterior: México. Reynoso se marchó en 1994 al Cruz Azul para volverse referente, capitán e ídolo, y solo dejar el club para un tramo final en el poderoso Necaxa. Soto llegó a tierras aztecas en 1996, contratado por el Puebla; fue titular, pero no alcanzó la nombradía del ‘Cabezón’. Se lesionó y volvió a Cristal en el segundo semestre de 1998, pero nunca se recuperó y no llegó a jugar. Eso le permitió volver al Alianza de Édgard Ospina para el Apertura 1999, con algo de resistencia pero clamando su hinchaje íntimo por delante. Luego debió volver a México por efectos del draft que se efectúa en ese país, para jugar dos años por los ‘Toros’ del Atlético Celaya.

Soto, con un buzo que le impuso el camarín (Foto: ANDINA)

En la selección eran líderes a su manera. Cuando Juan no estaba, ‘Pepe’ lo sucedía como capitán. Eran los dos mejores zagueros del momento, la garantía máxima de seguridad de aquel equipo de Oblitas junto a Julio César Balerio. Soto iba más por arriba y Reynoso se encargaba de las salidas por bajo. Pero ambos, sin querer queriendo, fueron también los que determinaron el fin del ciclo del ‘Ciego’. En aquella definición por penales ante México, en la Copa América 1999, fueron ambos -especialistas desde los doce pasos- quienes marraron sus disparos y sentenciaron la derrota peruana.

Casi una década después, el fútbol hizo que ambos tuvieran sus primeras experiencias como técnicos en dos clubes muy distintos. Soto, en el institucionalmente precario Alianza en el que consiguió despedirse como ídolo y campeón, y del que se retira dejando la sensación de que su hora aún no había llegado; le cerraron la puerta. Reynoso, en el organizado Bolognesi más exitoso de la historia, al cual sacó campeón y pese a lo cual en Tacna nunca fue muy querido; él cerró la puerta y se fue.

Ambos son de carácter algo arisco a primera impresión. Pero en ese aspecto también comienzan las diferencias. Soto supo volver a Matute del todo en el momento clave: Apertura 2001, año del centenario íntimo. Campeón frente al Cristal al que se había ido alguna vez, festejo trepado en el arco Sur, chapa de caudillo recuperada para siempre. Reynoso, apegado al terno y el trabajo científico (Foto: Gian Saldarriaga / DeChalaca.com)Caudillo como Reynoso lo era en Cruz Azul a miles de kilómetros de distancia, pero con algunas peculiaridades: ‘Pepe’ fue siempre más de patota, de camarrilla, de grupete; Juan ejercía ese mandato que proviene de la palabra justa y la reflexión prudente. Uno gritaba y el otro demostraba.

Como técnicos atemperaron esos estilos. Reynoso pegado al trabajo serio en coordinación con el club, al terno heredado de las clases de estudio para obtener el título de entrenador. Soto, al empirismo del improntus y al buzo legitimado por el grupo, que lo impuso como técnico a la dirigencia aliancista cual aldea eligiendo a su jefe.

A Soto le sobraron los cantos de aliento que Reynoso jamás tuvo. Pero Reynoso llegó mucho más lejos como jugador que Soto. A Matute, Soto podrá volver cuantas veces quiera, y Reynoso con seguridad jamás será bien recibido allí. Aunque a Reynoso como técnico ha empezado mucho mejor que Soto, y lo más probable es que siempre siga siendo así.

31.5.08

Esos chavales

El España - Perú visto y oído desde la extraña mezcla de televisión y radio.

Fotos: EFE

Un enano mental -ataviado con una camiseta bamba de Universitario- se metió al campo para ganar cámaras. ¿Por qué hay que tolerar a peruanos en el extranjero que dejan tan mala imagen de subdesarrollo y tercermundismo para el país? (Foto: EFE)Lo decía la edición online deo diario Marca en su nota previa al partido: "España enfrenta al Rayo de Sudamérica, por color de camiseta y por la opulenta vecindad". Así como alguna vez Perú recibió a Haití para arrancar con buen pie la era Autuori, España abría sus puertas a la blanquirroja con el fin de sentir que enfrentaba al Rayo Vallecano de estos lares, léase el equipo modesto de Madrid, un equivalente al Defensor Lima de estos lares.

El estadio elegido, el Nuevo Colombino de Huelva. Los Hombres G alguna vez inmortalizaron el siguiente estribillo: "Es tan difícil que tú me quieras como que gane el Recreativo de Huelva". Algo así como Miki González invitando a todos a Tocache.

Ante ese marco, era deliciosa la oportunidad para poner el televisor en mute y seguir el audio del partido por la señal de Radio Nacional de España. Emisora que se caracteriza por no narrar las incidencias del partido salvo aquellas de extremo peligro y, por supuesto, los goles ("Villa ha marcado el primero tras un desborde..."). Lo hace en Champions League y esta vez la oportunidad fue excelsa para hacer escarnio del rival.

Desde el minuto 5, cuando Iker Casillas batió el récord de invencibilidad en la historia de la selección española jugando como local (586 minutos, marca vigente desde la década de los ochenta, surgían los comentarios crueles: La blanquirroja cantando el himno en Huelva (Foto: EFE)"No se puede comparar. Recuerden contra quién atajaba Zubizarreta, y ahora Casillas ataja ante Perú y Estados Unidos (el próximo sparring español)" apuntaba una voz femenina en el panel.

En un partido ralo, las especulaciones sobre si el esquema de 'Chemo' del Solar era similar al que la Rusia de Hiddink presentará en el estreno de la 'Furia' en la Eurocopa el próximo 10 de junio, como alguien quiso sugerir en la península, se fueron diluyendo. Solo hubo un comentario contundente: "Está claro que este equipo Perú no estará en Sudáfrica 2010. Es noveno de su grupo eliminatorio, y contra este equipo España quería hacer pruebas y ahora está empatando", se decía antes del milagroso gol de Capdevila.

Eso sí, nunca falta la perla. En un momento se anunció equivocadamente la salida de Hernán Rengifo del campo de juego. Y luego del gol, la reacción fue dubitativa: "Ha metido el gol... Creo que Rengifo". Como para confirmar que en todos lados se cuecen habas y los desinformados no solo existen en los palcos de prensa de estas tierras del Nuevo Mundo.

21.5.08

Pena (no) compartida

Cristiano Ronaldo, John Terry y las diferencias de un error compartido.

Fotos: Imago, Reuters

El infausto momento para Terry: un resbalón por el campo lluvioso lo hizo errar el penal (Foto: Imago)Digresión personal del autor de estas líneas: estoy en contra de las definiciones por penales. Siempre he creído que le hacen daño al fútbol, que son el incentivo perverso para que dos equipos se conformen a dejar que el azar lo defina todo. Porque si en algún aspecto del fútbol existe la suerte, ese tiene forma de penal.

Honestamente, preferiría que se gestaran formas alternativas de decidir un ganador. Como que el equipo que cometió menor número de faltas en el partido sea consagrado con el triunfo. O como alguna vez escuché proponer a don Emilio Lafferranderie, ‘El Veco’, que se extienda el suplementario en periodos sucesivos de cinco minutos, al cabo de los cuales cada equipo deberá retirar a un jugador del campo. Con mayores espacios, será más fácil que alguno de los dos rivales llegue al gol de oro que acabaría el partido, incluso en el caso extremo de que quedara un arquero contra el otro (bastaría que le ganara en carrera para que se acabara el partido).

Casi nadie a quien le comento esto está de acuerdo con lo que digo, básicamente porque los penales, me responden, “son lo más emocionante que tiene el fútbol”. Por eso muchos en Winning Eleven juegan definiciones por penales de frente sin pasar por el partido. Por eso en las oficinas, cuando se juega un Mundial o algún partido importante, hasta el que menos sabe de fútbol pregunta de rato en rato a qué hora son los penales. Después de la final de Moscú, me ratifico en lo mismo: el penal es detestable. Porque Cristiano Ronaldo y John Terry, dos símbolos de los rivales, los perdieron, y el resultado no fue el mismo para ambos.

Cech le ataja el penal a Cristiano Ronaldo, quien acabaría festejando (Foto: Reuters)Diferencias al canto. Ronaldo es un fuera de serie, acaso el mejor del mundo luego de lo que hizo en el Luzhniki. Pero me cae pésimo. No solo porque mi hermana menor cambie mi foto en su wallpaper por poner la de él, cada chica a la que le hago el habla me mencione su nombre cuando le cuento que me gusta el fútbol o mi abuela pase por delante del televisor de casualidad en pleno partido y diga “qué buen mozo es ese muchacho”. Tampoco únicamente porque cuando acaba el partido no reacciona gritando el triunfo como un guerrero sino que cae al suelo llorando de emoción. Sobre todo me cae mal porque juega para la cámara y a lo largo de la Champions dejó de dar más de un pase a sus compañeros para procurar su lucimiento. Eso me parece insoportable en un jugador de fuste.

Terry, en cambio, es un tipo sencillo y valiente. Y que además, de haber marcado tapaba la boca a todos los que decían que el Chelsea era un equipo construido sobre la base del dinero y no existía quién se identificara con su camiseta. Para un club que sumó frustraciones en los últimos años pero siempre se mantuvo terco en su pretensión de Champions, que el capitán formado en las canteras de Stamford Bridge fuera el que desatara la vuelta olímpica constituía un ícono futbolero irremplazable. Pero la lluvia hizo su parte y la historia fue distinta.

Distinta la historia y distintas las suertes. A mí, la definición de esta Champions me supo un poco a esos cuentos de fútbol que no terminan de modo feliz para el héroe correcto, como le ocurrió a Zidane hace dos años en Munich en la final del Mundial. Que Francia perdió por penales, los malditos penales.

4.5.08

De a tres para campeonar

El 3-4-1-2 de Gareca le funciona a Universitario más allá de los nombres.

Fotos: Abelardo Delgado / DeChalaca.com

En este sistema merengue, el 'Coco' Araujo ha encontrado una segunda juventud y se va siempre al ataque con fuerza, como en las épocas de Piazza (Foto: Abelardo Delgado / DeChalaca.com)La línea de tres al fondo es un sistema con altas resistencias en el medio peruano. Hasta en los partidos de Winning Eleven, son pocos los que quieren usarla -anímese usted a enfrentar a un argentino y verá qué sistema usa de preferencia-. Cuando Juan Carlos Oblitas la impuso en el medio en aquel Cristal campeón de 1991 (Pedraglio, Prado y Earl), lo tildaron de ultradefensivo. Tres años después, demostró que ese esquema –con carrileros, una novedad para el tácticamente atrasado fútbol peruano- era la base de un fútbol ofensivo que le granjeó un tricampeonato.

Otro club al que la línea de tres le vino muy bien fue a Universitario, también para ganar igual número de títulos al hilo. Salvo la etapa de Miguel Company (siempre afín a su predecible y anquilosado 4-cuadrado-2) en el primer semestre de 1999, la ‘U’ de Piazza primero y de Challe después optó preferentemente por tres al fondo. Aunque el ‘Niño Terrible’, a diferencia de lo que hoy hace Gareca, planteaba un 3-rombo-3, dizque porque así había visto jugar al Barcelona en la Champions League y él era un técnico moderno -Lucho Reyna podría refrendarlo-.

A diferencia de lo que hacían Farfán y Esidio en el '98, Hurtado y Jiménez juegan uno abierto por las bandas y el otro al medio (Foto: Abelardo Delgado / DeChalaca.com)Por eso, la propuesta actual del ‘Tigre’ se asemeja más a lo que Osvaldo Piazza hacía hace exactamente una década en el Apertura 1998. Tres al fondo, con líbero casi alterno (Falaschi) y dos stoppers peleadores (Araujo y Domínguez); una primera línea de cuatro en mediocampo que subía y bajaba por igual (Carranza -cuando aún corría-, Ciurlizza, Ferrari y Pereda), y delante de ellos un enganche (Cantoro). Arriba, dos puntas con características goleadoras (Farfán y Esidio).

Dos similitudes importantes pueden encontrarse respecto de aquel equipo. La primera, lo fundamental del rol del último hombre. Cuántas conversaciones de bar habrán pasado con hinchas cremas evocando a Gustavo Falaschi como el último patrón de la defensa merengue. “Por qué no se han vuelto a traer un central argentino así”, era la muletilla hasta que arribó Carlos Galván. A lo mejor por la seguridad de tener un back así es que este Araujo ha retomado fuerzas y alejado de sí los motes que lo remitían a ciertas reses de La Parada repletas de nervios. Por eso, en estas cuatro fechas de ausencia forzada del ‘Negro’ se siente su falta sobremanera: hasta ‘Ropita’ Benavides ingresó en el clásico con peligro y hoy Gálvez lo hizo mucho más.

Donny: estampa del nuevo conductor de Universitario (Foto: Abelardo Delgado / DeChalaca.com)La otra semejanza, y acaso la más importante, es que así como esa ‘U’ se quedó sin Mauro Cantoro por un patadón alevoso de Juan José Velásquez -el recordado hijo del ‘Patrón’-, esta de 2008 ha perdido a Candelo, quizá el extranjero que mayor idolatría supo despertar en predios merengues luego del ‘Toro’. Esa vez, Piazza optó por darle continuidad a Luis Cordero -alternando con ‘Pachito’ Guzmán- o adaptar el sistema de tal forma que Guadalupe ingresara como carrilero derecho, ante lo cual Carranza corría al medio y Ferrari se retrasaba para quedar detrás de la línea de cuatro (es decir, pasando del 3-4-1-2 al 3-1-4-2).

Ahora, Gareca ha encontrado en Donny Neyra la solución mágica a la ausencia de enganche: no flirtea como Candelo, pero sí crea y define, y vaya si lo hace de lujo. Es un enganche raro, de corte muy doméstico en algunos aspectos -engolosinador y amarrabolas-, pero cuando quiere da asistencias y genera cambios de frentes atípicos para el medio. Pero la ‘U’, a diferencia de lo que ocurría con el colombiano, no juega solo al ritmo de Donny, y empieza a depender menos inequívocamente de los desbordes de Hurtado para generar peligro. ¿Será que el sistema está pasándole un cheque por beneficios debido a la persistencia en mantenerlo? Si llega fechado después de 10 años por réditos que no se consiguen hace 8, será bienvenido en Ate.

26.4.08

Chalacas de Vista: Fútbol íntimamente social

Fotos: ANDINA, Abelardo Delgado / DeChalaca.com


Jugamos horrible… Pero el triunfo sirve para el clásico”. Primeras líneas de MSN de uno de los contactos más blanquiazules del listado apenas acabado el Alianza - Áncash. “Con este equipo estamos peleando la baja. Cualquier cosa menos perder el miércoles”, remata un amigo de toda la vida en la comida post partido.

Jorge Soto, una contratación poco práctica para los problemas actuales de Alianza. Acá lucha con Vera, el mejor del campo en la noche sabatina (Foto: ANDINA)Alianza, en la cancha y fuera de ella, está viviendo al día. Por la estafeta de salvadores ocasionales pasaron Manco, Montaño, Serna (¡Serna!), Baylón, Aguirre y ahora un ícono alquilado como Jorge Soto. Puede que alguno haya aportado soluciones de momento; pero en algún momento, Matute debe abandonar la cultura del inmediatismo futbolero para insertarse en esquemas modernos.

La intimidad que caracteriza al club blanquiazul es una receta que, ya está dicho, puede proporcionarle resultados domésticos y de momento. Pero Alianza seguirá condenado a ser un paria internacional mientras no actúe con estrategia. El tema está mucho más allá de Franco y Claux; pasa por caer en la cuenta de que hoy Alianza es un club que, al más puro estilo de la FPF, es incapaz de organizar unas elecciones internas que debieron darse hace casi medio año. Precario, con instucionalidad construida en esteras.

Analícense las últimas decisiones en La Victoria. Llega Aguirre a meter los goles que ni en sueños hizo en Francia por el extensísimo lapso de tres meses, al cabo de los cuales quién sabe si habrá dinero para retenerlo. Luego asume José Soto, quien sin duda tiene pasta para ser entrenador, pero lo hace por presión de camarín más que por convicción de que ha alcanzado la preparación suficiente para asumir el cargo. Ahora se contrata a Jorge Soto, un jugador de 36 (sí, treinta y seis) años al que nadie puede negarle una histórica trayectoria en Sporting Cristal, pero que fuera de La Florida siempre tuvo problemas para destacar. Cabeza gacha, lugar fijo en el banco: Waldir no está para jugar pero ocupa un renglón entre los 18 (Foto: Abelardo Delgado / DeChalaca.com)Que Waldir Sáenz caliente un lugar fijo en la banca con proceso judicial de por medio, pase y venga -lo avala una historia en la casa-; pero que llegue alguien que tácticamente puede cumplir las funciones que ejecutan los dos refuerzos locales más decentes de la temporada -Tenemás por el carril derecho y Faiffer en la volante- suena a subutilización de recursos.

Claro, es posible que el miércoles puedan pasar muchas cosas. Que Manco deje de pensar en Aura y frote la lamparita, por ejemplo. O que el ‘Camello’ pegue un tranco largo, se acabe abrazando con ‘Pepe’ y regale portadas e historias familiares para agotar ejemplares por tres días. Es un clásico, y si Alianza lo gana, los mismos que ridículamente hablarían de nepotismos si a los Soto no les va bien, los aplaudirán y venderán con ellos.

Pero los errores de Alianza son de fondo, y van más allá de Universitario y tres puntos.
Trascienden al impresentable Reaño, al caricaturesco Serna y al enésimo balón lanzado a la Unidad Vecinal de Matute por Benavides. Pasan por entender que Villanueva y José María hacían diabluras cuando el fútbol no corría a cien por hora. Por comprender que en el siglo XXI, las instituciones organizadas son las que escriben historias de éxito en la cancha.

12.4.08

Así, así, al ritmo del Alianza

A los íntimos les funcionó la receta de siempre: gente de la casa y toque quimboso para volver a encandilar a sus hinchas. Igual, no bastó para el objetivo principal, ese de los tres puntos.

Fotos: ANDINA

El golazo de Montaño despertó algarabía e ilusión de una goleada entre los hinchas blanquiazules (Foto: ANDINA)Cuarenta y cinco minutos de fantasía. Como ni siquiera el último buen equipo aliancista, ese de Pelusso y Viera, había logrado cuajar en su campaña victoriosa de 2006. Puede que tampoco el pragmático once del argentino Costas. Al ritmo de Montaño, Alianza tocaba como lo hacía en algunos partidos -solo algunos- el equipo del Centenario con Palhinha como director de orquesta.

Y es que a Alianza siempre le funciona volver a las raíces. Desde los tiempos de Villanueva, el camarín íntimo está acostumbrado a ser dominado por un capo, algún ícono que todo lo domina y a cuyo ritmo todo lo demás en Matute, dentro y fuera de la cancha, se mueve. Heredia, Zegarra, Cubillas: apellidos herederos de ese grial íntimamente santo. Como Soto en los noventa, como Jayo como su alter ego en la cancha hoy que 'Pepe' se estrenó en el banco.

Ese aura tan blanquiazul no está asociado, huelga decirlo, con la disciplina. Y si Arrué, un amigo del jugador por excelencia, terminó expectorado de Matute por problemas que más tenían que ver con su pobreza de plantel que con sus deméritos técnicos, hoy ese mismo equipo, limitado en variantes y con el único injerto de Aguirre, corrió evidentemente más motivado y comprometido con el vestuario. Con Soto en el banco, la camarilla íntima parece estar acicateada a entregarse más que nunca (Foto: ANDINA)Intimidad, que le dicen: a Uribe le dijeron no, entonces hay que demostrar por qué Soto sí.

Esa lógica chata, la de rendir según camaraderías, es propia del fútbol peruano y, sobre todo, afín a la historia de Alianza. Y acaso constituye una variable explicativa de por qué el club íntimo nunca ha conseguido destacar internacionalmente. Basta mirar a a Aguirre, un jugador al que le fue pésimo afuera, regresó a su casa, fue figura y salió cambiado en olor a multitud.

Que lo sepan todos allá en la punta de la tabla: este Alianza, comprometido con su técnico, va a meter miedo en el torneo local si repite sus primeros 45' ante Cristal. De lo que venga luego, de ese concepto llamado largo plazo -que va más allá de una Libertadores-, preferible es no preguntar. No vaya a ser que 'Ropita' Benavides comience a hacer goles.

25.3.08

Para darse de cabezazos

El técnico de Bolognesi en el ojo de la tormenta por sus temperamentales -pero más que comprensibles- reacciones.

Captura: Fox Sports Americas

Juan Reynoso nunca le ha caído bien a mucha gente del entorno del fútbol peruano. Tipo frontal y poco sonriente para las cámaras, ha sabido ganarse anticuerpos, y con él también quienes, como quien escribe, han osado admirarlo como jugador y defenderlo de sus ocasionales críticos. Uno lo veía salir elegante con la pelota, pero para los demás era lento; se aplaudía su raciocinio por asegurar el futuro de su familia con un buen contrato, pero muchos lo tildaban de traidor; no cabía en la cabeza cómo Maturana podía dejarlo fuera de una selección, pero sobraban los que sostenían que era un factor disociador.

Las cavilaciones de Reynoso robaron hasta las pantallas internacionales (Captura: Fox Sports Americas)El ‘Cabezón’, pues, no es mediático. No tiene la sonrisa de Julinho, la gracia omnipresente de ‘Cuto’ Guadalupe o, por citar un caso más acorde con su posición actual, la paciencia oriental del ‘Chino’ Rivera para atender medio por medio todas las preguntas post-partido. Pero su trabajo, le duela a quien le duela, lo hace muy bien: es un técnico calificado, con estudios, de los que viste terno en todos los partidos (¿se acuerdan del brasileño Gil en Alianza cuando cambió el polo con cuello por el saco solo contra Real Madrid?). Y sobre todo, es coherente en su discurso de contribuir a la mejora del fútbol peruano.

En el cotejo de ida ante Cienciano por la Copa, Reynoso perdió la paciencia con algunos de esos críticos. Tildó de mediocre, dicen, al periodismo cusqueño en general, por alguna pregunta en tono de reclamo acerca de por qué había ido a jugar de modo defensivo al Garcilaso. Desatinadísima interrogante, por cierto, ya que cualquiera que ve algo de fútbol en el mundo sabe que de visita, en promedio, se busca el resultado. Pero en fin: nada justifica la generalización, ya que en Cusco, como en el resto del Perú, hay de inga y de mandinga. Bastaba estar el último domingo en la cancha del Monumental para escuchar cómo algún iluminado reportero de televisión no tuvo mejor idea que iniciar su cuestionario a los jugadores del Atlético Minero con un ¿Qué pasó, el apagón los hizo dejar de pensar, no? Célebre.

Esas cosas son parte de la biodiversidad del medio con la que un técnico como Reynoso, formado como tal en México entre conferencias de prensa, debe lidiar. Y en una semana en la que han sobrado columnas atacándolo por su carácter, es justo que los que nos decimos reynosistas -bah, si hay uribistas, cualquier término vale- podamos defenderlo de algún modo. Es claro que el medio no está compuesto enteramente de mediocres: las miradas de reproche al que lanzó la pregunta a los de Minero, por ejemplo, fueron generalizadas en los componentes de la rueda de micrófonos. Por ello, hacer calificativos extensivos es tan inconveniente como hacer tormentas mediáticas de vasos de agua. Sobre todo en un país donde, por ejemplo, un muy buen técnico como Paulo Autuori demostró no estar emocionalmente capacitado para lidiar con el oleaje de vaivenes mediáticos que un cargo como el de seleccionador nacional exige, lamentablemente, por estos lares .

A Reynoso, un tipo que, de modo honesto, quiere ayudar a que todo esto sea mejor, no le queda más que aceptar la realidad de donde se desenvuelve para comenzar a cumplir con su objetivo. A nosotros, en realidad porque nos viene en gana, nos corresponde seguirlo defendiendo de quienes no aceptan que el Perú es capaz de producir hombres de fútbol que piensan mejor de lo que se ríen.

23.3.08

Paralelo peligroso

Los gritos de gol de los anotadores de la tarde chimbotana invitan a reflexionar sobre dos carreras que -quiera el fútbol- no terminen pareciéndose: las de Johan Sotil y Reimond Manco.

Foto: Diario de Chimbote / Captura: CMD

Foto: Diario de ChimboteGesto inequívoco de Manco tras su pigricia -porque no fue más que eso- de gol ante Gálvez: manos a las orejas, al estilo Juan Román Riquelme, como diciéndoles a los que él cree gratuitos críticos suyos que le griten ahora. Era el mismo gesto que Johan Sotil solía hacer cada vez que marcaba por Universitario, y que repitió la vez que anotó en el clásico del Apertura del año pasado jugando para los blanquiazules. Gesto de bronca y disconformidad con el mundo.

Acá nadie, ni por asomo, va a hacer eco de la hediondez farandulera que rodea al fútbol. No se trata de prestar oídos a ese runrún putrefacto de ampayes y cámaras ocultas que convierte en noticia lo insulso y ha capturado hace algunos años buena parte de la televisión peruana para convertirla en la industria de la estupidez. Sí se trata, en cambio, de observar cómo la mayor promesa del fútbol peruano actual destila rabia como si sintiera que medio mundo está en contra de él, en visible señal de que hay gente en su entorno que le anda metiendo esa idea en la cabeza.

Manco y un gesto que podría indicar que piensa para sus adentros de modo equivocado (Captura: CMD)Manco viene jugando en discreto nivel desde que empezó el año, y hace algunas semanas adornó titulares con sus desafortunadas declaraciones acerca de su desgano por seguir jugando en Alianza Lima. En DeChalaca.com, en realidad, no nos interesa en qué invierta Manco en su tiempo libre ni los rumores al respecto; pero sí expresamos preocupación por un desvío notorio de la concentración de un jugador cuyo talento nos importa a todos los que realmente amamos el fútbol. Hasta finales del año pasado, la madurez en sus declaraciones y la figura sobria de su madre otorgaban al ambiente del fútbol un sano y extraño ejemplo de formación familiar sólida. ¿Dónde se quedó -o perdió- toda esa coherencia?

Por eso, más que las portadas y fotos que seguramente venderán un nuevo capítulo de su telenovela mañana, lo que realmente preocupa es que Manco se crea que con un gol horrendo -de chiripa o champa, dirían en el barrio- les tapa la boca a sus detractores. Como se lo creía Sotil cada vez que convertía, hasta quedarse en estatus de promesa eterna y terminar, ahora, mendigando por un puesto de titular en José Gálvez. Seguramente, el ‘Cholito’ también venderá ejemplares; y aunque por su bien y el del cuadro chimbotano queda esperar que siga por ese camino, la racionalidad de que carece este país de segundas oportunidades obliga, cuanto menos, a esperar ello con escepticismo.

15.3.08

Hagámonos los ciegos

Por la decisión de Oblitas, el partido del Cusco se desvirtuó y solo quedó como mancha estadística que el club rimense recibiera una goleada contundente por parte del 'Rojo'.

Foto: Diario del Cusco

Cabezas rapadas y caras nuevas predominaron en Cristal durante su presentación en el Cusco (Foto: Diario del Cusco)Juan Carlos Oblitas es un técnico serio, que ha trabajado por años construyendo un prestigio bien ganado. Quien escribe, considera, además, que es el personaje más influyente en el desarrollo que el fútbol peruano pueda haber alcanzado durante los últimos 20 años, al haber sido el primero que aplicó sistemas tácticos que nadie usaba en el desordenado fútbol local de finales de los ochenta (como el 3-5-2) y, sobre todo, manejado una filosofía coherente durante la década de los noventa con la selección nacional, pese a haber tenido mucha -en buena parte incompetente y malintencionada- prensa en contra.

Pero preferencias y subjetividades al margen, a Oblitas nadie, con todas las críticas que haya podido recibir de ciertos sectores a lo largo de su carrera, podría acusarlo de informal o conspiracionista. Por esa imagen de seriedad que ha acuñado, probablemente, él era el menos indicado para tomar una decisión como la de esta tarde, al enviar un equipo Sub-20 al campo por estar en contra de la bolsa de minutos y terminar por enlodar una jornada de fútbol y restarle brillo al campeonato.

Al margen de los sinsabores, el tema de fondo es cómo este ejemplo repercute sobre el cumplimiento de una norma que pretende promover la aparición temprana de jugadores. Hoy, los debutantes fueron cinco: Juan Arce, Diego Minaya, Juan Diego Lojas, César Ruiz y Julio Cabrera, quienes deportivamente tendrán que contar poco sobre este partido más allá de haber agregado -junto a los otros juveniles que ya se habían estrenado (Bryan Salazar, Daniel Sánchez y Manuel Tejada)- un total de 611 minutos para la bolsa. Es decir, el 53.6% de los 1,140 minutos exigidos por la bolsa, y en un solo partido.

Aunque haya sido amarilla, la camiseta rimense quedó completamente tapada y desprestigiada hoy en el Cusco (Foto: Diario del Cusco)Todo desvirtuado. A partir de ahora, el mal ejemplo podrá ser seguido. Por citar un caso, ya José Ramírez adelantó que podría hacer lo propio en algún partido que a Atlético Minero le toque afrontar en Lima. Y si bien la decisión no es irracional en términos prácticos, el fútbol requiere que sus actores más racionales -entre los que siempre ha figurado, en el pelotón de vanguardia, Oblitas- sean quienes den sentido a las normas que se establecen y no contribuyan a escamotearlas o a aprovechar los "huecos" que ellas dejan.

Ciertamente, el sistema era de plano imperfecto. Haber obligado a tener uno o dos jugadores menores de 20 años en lista, como se aplicó en temporadas anteriores, quizá, podría haber constituido un sistema más efectivo. Pero dada la norma, y con todo lo absurda que pueda parecerle a alguien, buscar que cause efecto es lo más sensato. Hay que decirlo hasta el cansancio: al fútbol peruano, de donde está solo lo va a sacar la poca gente inteligente que lo rodea. Oblitas es muy inteligente, y por eso, él sabe bien que lo de hoy, más que sumar minutos, termina restando.

11.3.08

La hora del té

Inglaterra le indica al fútbol mundial que el reloj marca las cinco: puso a sus cuatro representantes en Champions League en los cuartos de final.

Fotos: inter.it, dailymail.co.uk

La bandera del Liverpool flameó al fondo en San Siro (Foto: inter.it)Tan bizantinas como apasionantes son las discusiones de café o cervezas acerca de cuál es el mejor fútbol del mundo. Que en épocas de globalización, ya no es lo mismo que preguntarse cuál es la mejor liga del mundo.

La segunda pregunta aparenta tener una solución fácil, sobre todo luego de este martes: la Premier. Cuatro de los ocho cuartofinalistas de la Champions proceden de su tabla de posiciones. Un hito jamás alcanzado en la historia de la competición, que en nueve oportunidades había visto que llegaran, como máximo, tres representantes de un mismo país.

Por si fuera poco, los protagonistas son variopintos. Está el Manchester United con su traza de aplanadora y Cristiano Ronaldo, Tévez y Rooney para entremezclar estilos distintos de fantasía vertical de cara al arco rival. Figura el Chelsea de Avram Grant, este equipo que parece nunca haber superado el shock post-Mourinho y, pese a ello, fue el octavofinalista que resolvió su llave de modo más holgado. También el Arsenal, pléyade de obreros por la que a comienzos de temporada nadie apostaba -“sin Henry ya no se puede jugar Winning con ellos”, decían muchos- y que en San Siro ante el Milan dio una clase magistral al planeta entero de cómo se debe jugar de visita. Y por último, este Liverpool que, sin estrellas o -como ahora- con ellas mantiene una estela inmutable: la estirpe de cuadro copero, un guapo entre los guapos, para parafrasear el himno de un club local.

Fabregas, un español que fue la figura del Arsenal inglés durante la lección futbolística que este brindó, también, en San Siro (Foto: dailymail.co.uk)¿Momento exultante para el fútbol inglés? El país de los inventores del fútbol. El país que carga en la mochila con un único título mundial logrado en 1966, según la leyenda urbana mundialmente difundida, por obra y gracia de varias decisiones arbitrales cuestionables. Con una selección que no alcanza las semifinales de laCopa del Mundo desde 1990. Y es que, como evaluó DeChalaca.com a inicios de año, la relación entre selección y liga dista de tender a la igualdad, sobre todo cuando los astros del estrellato doméstico no visten el uniforme del seleccionado correspondiente. Piénsese en el Calcio de los ochenta, con Van Basten, Gullit y compañía en el Milan, y en los 24 años que a Italia le tomó volver a alzarse como la mejor selección del planeta. Para ni siquiera mencionar a esa Liga que asistió al despegue de Ronaldo en el Barcelona a mediados de los noventa y luego a los pletóricos galáticos de Florentino Pérez en el Madrid, sin que la ‘Furia’ española alcanzara algún espacio digno en los mundiales.

Como fuere, queda claro que, hoy por hoy, el fútbol toma té a las cinco. Lo demás, que se resuelva cada cuatro años -aunque a los ingleses nunca les baste-.

26.2.08

La moda San Martín

El cuadro albo está de moda, y el Monumental vivió su fiesta de modo muy particular.

Fotos: Abelardo Delgado / DeChalaca.com

Alguna gente en Norte, como 'Chicho' Salas en esta jugada,  comenzó a saltar por la San Martín (Foto: Abelardo Delgado / DeChalaca.com)De plano, la noche del martes en el Monumental se planteaba distinta. Llama un amigo de toda la vida, barrista de Alianza e infaltable los fines de semana en Matute. “Voy al estadio con mi prima, a Oriente. Pero temprano, que entramos gratis con el carné de la universidad”.

Distinta, muy distinta. En el camino no hay gritos, insultos ni amenazas, sino chicos y chicas con pasado de cachimbos que corren hacia el estadio rápido, pero sin buscar billeteras en su camino. Sí se respira el aroma a noche de Copa, pero con familias enteras en vez de manchas de amigos -más de una con Kentucky en mano-, y solo niños con la camiseta del campeón nacional. En las tribunas, nadie sigue un mismo coro. Apenas algún “vamos Perú” puede ser replicado en masa. Todos quieren que gane el mismo equipo, pero cada cual sigue su propio libreto de aliento. Son nueve mil almas buscando ganarles a once chilenos, pero sin sintonía. En Norte, algunos cuantos saltan acompasadamente intentando amedrentar a la pequeña barra de Católica que trajo más banderas que gente, pero nada pasa de algunos saltos. El paraguayo Ovelar y sus continuos desbordes fueron de lo mejor de la noche santa (Foto: Abelardo Delgado / DeChalaca.com)En Oriente, la ‘Muela’ y el pollo de Pio’s Chicken aplauden juntos y enarbolan el mejor reflejo sociológico del fenómeno San Martín: cualquiera suma, aun en el folclor.

En la cancha, el equipo juega sin presión pese a estar desde temprano en contra. Luchan la bola hasta morir más por estigma de grupo unido -mérito indiscutible de Rivera- que por reconocimiento o temor al respetable. Aplausos se ganan por doquier: desde el carisma de Pedrito García hasta el jamás tan ponderado salto de Silva, desde la garra del paraguayo Ovelar hasta la gambeta exagerada del argentino Díaz. Igual, esa gente no los fastidiaría.

La Universidad va por el camino correcto. Al no haber podido establecer aún su localía en Santa Anita y captar -como dictan los cánones de cualquier fútbol civilizado- hinchaje barrial, convocar masivamente al Perú y balnearios es la vía más eficiente para ir acumulando, aunque sea a cuentagotas, algo de fidelidad hacia los colores.

14.2.08

Resultados para escribir (y celebrar) en corto

El triunfo de Cienciano cerró el mejor arranque registrado por los equipos peruanos en la Copa Libertadores desde que, a inicios de década, se instauró el sistema actual de grupos formados por clubes de países diversos.

Con los dientes apretados, Cienciano superó a Nacional y cerró la gran jornada inicial de los peruanos en la Copa (Foto: EFE)River Plate, Flamengo y Nacional de Montevideo. Tres grandes, históricos, del fútbol sudamericano.

Deportivo San Martín, Coronel Bolognesi y Cienciano. Siete puntos de nueve posibles: 78% de efectividad.

Libertadores 2000, cero puntos de nueve posibles: efectividad nula. Libertadores 2001, ídem. Libertadores 2002, cuatro de nueve, 44%. Libertadores 2003, dos de nueve, 22%. Libertadores 2004, tres de nueve, 33%. Libertadores 2005, cuatro de seis, 67% (el más alto hasta ahora, con solo dos representantes peruanos). Libertadores 2006, uno de nueve, 11%.Libertadores 2007, siete de nueve, 78%.

Sin duda, el actual es el mejor arranque de los clubes peruanos en lo que va de la década, con el sistema de Copa vigente. Y con ningún equipo tradicional de por medio.

San Martín solo ve sufrir por sus colores a la ‘Muela’ en la tribuna. Bolognesi, en el mejor momento de su historia, jamás puede llenar el Jorge Basadre. Cienciano, con todos sus logros internacionales encima, quizá requiera ser campeón nacional para sacar la chapa definitiva de grande.

Pero ya han escrito historia. Breve, en tan solo día y medio, a su manera.

Con un golazo como el del argentino Díaz para coronar la gran jornada santa. O dejando dudas como ‘Bolo’, pero sumando un punto que nadie podría fustigar como un negocio absolutamente malo. O con un doblete de Vassallo para cerrar un partido de dientes apretados en el Garcilaso.

Así, con párrafos cortitos, solía escribir ‘Pocho’ Rospigliosi sobre los éxitos de los clubes peruanos en las Libertadores de décadas pasadas.

Sobre eso, a uno le gustaría escribir siempre.