Mostrando las entradas con la etiqueta Selección Peruana. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Selección Peruana. Mostrar todas las entradas

14.10.08

Entre la gitanería y la inmolación

Foto: revista El Gráfico Perú

Aunque el partido contra Paraguay de este miércoles tenga aroma a suplicio anticipado, es en el Defensores del Chaco donde la selección ha sabido mostrar una de sus facetas más características: la de la gitanería.

Fotos: revista El Gráfico Perú

La lógica diría que a Perú le toca perder, y feo, este miércoles. A saber: i) Juega contra el mejor equipo de la Eliminatoria, que parece capaz de ganarle a cualquiera; ii) ha perdido todos sus partidos de visita, casi siempre por goleada; iii) este no es el Paraguay de Chilavert, que en medio de su ímpetu ganador lo hacía pecar por soberbia en circunstancias como estas, sino el de Martino, un argentino humilde como pocos; iv) este es el Perú de Del Solar, un técnico cuyas lecturas tácticas han lindado con lo bisoño en circunstancias previsibles; v) es un partido del primero contra el último, del gato contra el ratón.

Pereda al ataque en el Defensores del Chaco por las Eliminatorias rumbo a Francia '98 (Foto: revista El Gráfico Perú)Pero así como lo anterior es archiconocido, también lo es que el fútbol peruano es gitano. Gitano incluso en estas circunstancias de podredumbre dirigencial, en las cuales -por ejemplo- se consiguió una clasificación a un Mundial juvenil para cumplir un papel decoroso sin que existiera una planificación de por medio. O una goleada sobre Uruguay cuando un empate parecía tarea titánica. O un empate sobre Brasil cuando la derrota sonaba cantada.

Asimismo, la historia cuenta que el Defensores del Chaco ha visto elevada al clímax esta dimensión gitana. Compárense por ejemplo los partidos eliminatorios de 1993 y de 1997, jugados en dos circunstancias diametralmente opuestas. El primero, en la sima de la era Popovic y luego de dos derrotas en casa, con un equipo repudiado por la maquinaria mediática. El segundo, en el pico de las emociones de la era Oblitas, luego de un triunfo ante Chile que había reenganchado a la afición. Los resultados, que son los que al final quedan en los registros, coincidieron: 2-1, con todos los goles en los primeros tiempos para caer -con mucha lucha de por medio- en los segundos. Una vez anotó el propio 'Chemo' de penal, la otra Pereda en una buena culminación; pero en ambos casos a los guaraníes les fue muy trabajoso labrar la victoria.

Del Solar en acción durante la ominosa goleada 5-1 de noviembre de 2000 (Foto: revista El Gráfico Perú)Claro, si de pesadillas se trata se puede evocar el partido de noviembre de 2000. Aquella vez que Perú llegaba como ahora, de perder contra Bolivia jugando horrible, aunque -hay que decirlo- al menos esta vez lo ha hecho con jugadores que tienen clubes y no con algunos inactivos, como sucedió entonces con Alfredo Carmona (Uribe copyright, se sobreentiende). Pese a ello, había suficiente conciencia en las horas previas para desplegar fotos de Darío Muchotrigo y el 'Chino' Pereda amedrentando a una estatuilla de Chilavert, bajo el lema de que ellos ya sabían anotarle. Claro, Chilavert más bien anotó uno de penal, 'Chemo' metió un autogol y al final el inesperado 5-1 desencadenó lo mismo de siempre: portadas negras, pedidos de renuncia y más barullo que se acaba al domingo siguiente con la fecha próxima del Clausura.

Los positivos y los que todavía ven a Ricardo Belmont, en cambio, preferirán recordar la última Eliminatoria, cuando otra vez se había perdido contra Bolivia -y contra Botero-, jugando aun más horrible y con presagios de repetir el plato. Paredes hizo lo mismo de siempre: un gol antes de los 15', y todo cerraba. Pero más se cerró la defensa peruana, tanto que forzó un penal en el área rival que Solano capitalizó y hasta tuvo todo para ganarla de contra en aquel inolvidable balón que Guerrero no pudo conectar en el segundo final del partido. Empate 1-1 de esos con sabor a todo.

Guerrero en acción durante la última visita al Defensores del Chaco: empate 1-1 en 2004 (Foto: revista El Gráfico Perú)Archiconocido es, pues, que el fútbol no tiene lógica. Como no la tiene, los peruanos seguimos queriéndolo y viéndolo. Y como eso ocurre, es factible decir que este miércoles la gitanería puede jugar su propio partido.

Sí, claro, es tristísimo recurrir a ello para creer en que la historia de este miércoles no está preescrita. A lo mejor, ese vaivén pendular es de lo poco que le queda como esencia a un fútbol perdido en el marasmo del caos organizacional. Por lo que si más bien se da la lógica, podría empezar a decirse que el balompié peruano ya no es uno de gitanos, sino de los que pierden cuando saben que van a perder y de la forma en que saben que van a perder. Algo así como la Venezuela de los '90, por decirlo a las claras.

Que la vocación por la inmolación sea preferible a aquella por la gitanería es, más que una disyuntiva juzgable de modo contundente, un tema ampliamente discutible por los lectores, al menos para mitigar el post-partido.

9.9.08

Fotos y recuerdos

Composición fotográfica: Sandro Mena / DeChalaca.com

Si el partido con Brasil es una convención social que se repite cada cuatro años para la sociedad limeña, el partido con Argentina acaba siendo la llave que al buen hincha del fútbol le permite abrir el baúl de los recuerdos personales más profundos.

Composición fotográfica: Sandro Mena / DeChalaca.com

UNO

Antes de que alguien bajara para el lonche sabatino, desconecté el televisor de la cocina y lo puse en la maletera de mi auto. Fue unilateral, casi un hurto familiar, pero el motivo era válido: tenía cierre de edición de la revista que editaba en la universidad y nos habían prestado una oficina que tenía todo menos tele. Tévez se le escapa a Galliquio en la noche del 1-3 en el Monumental por las Eliminatorias a Alemania 2006 (Foto: revista El Gráfico Perú)Con una práctica calificada el martes y 64 páginas por editar, casi nadie entendía qué hacía yo perturbando el cierre en búsqueda de una antena de conejo para ese aparato de 14'' "perdiendo el tiempo que en la Pacífico a nadie le sobra para ver perder a una selección que siempre pierde". Y que perdió, por 1-3 y con mucha claridad. Esa noche de setiembre de 2004, cuando después del gol de Coloccini me fui a corregir un rato el crucigrama mientras recobraba el humor, comencé a sentir que los Perú-Argentina habían dejado de gustarme.


DOS

Pero creo que en realidad nunca podrían dejar de gustarme, aunque siempre me haya costado mucho ir a ver uno. Recuerdo que en agosto de 1993, la maquinaria mediática se había centrado en "la que iba a ser la primera derrota eliminatoria ante Argentina en Lima con las entradas más caras de la historia". Es verdad, fue derrota con gol de Batistuta (ver video 1). Y las entradas fueron caras, porque mi papá, que jamás me dijo no a un capricho de niño, no me quiso llevar al estadio después de revisar cuánto costaban los abonos en Deporte Total. Igual esa vez sentí que no me perdí demasiado más que algunos insultos a Popovic -por extranjero- y Barco -por cuñado-.


TRES

De insultos, más bien, supe poco una tarde de setiembre de 2000, en el palco de prensa del Nacional. Un argentino, Tempone, disparaba un misil contra el arco argentino; y otro argentino, Samuel, la metía de rebote en el arco argentino. ¿El resultado? Un gol peruano, la única forma que había de que una lágrima de equipo llegara a él. Verón fusila a Vegas y decreta el segundo tanto argentino en el 1-2 de las Eliminatorias para Corea-Japón 2002 (Foto: revista Conmebol)Retumbaba en mi mente una frase que me había dicho meses antes don Lucho Puiggrós en la redacción de Don Balón Perú: "Maturana es el rey Midas de la caca. Todo lo que toca lo vuelve porquería". En eso, escuché unas carpetas más allá al redactor de un diario de 50 céntimos -que una vez puso en portada a Oblitas con traje a rayas y que había promovido la interrupción del proceso para la llegada del 'Pacho'- decir: "Maturana se tiene que ir". Le metí un puñetazo a la mesa y me contuve. Dicen que no se hace periodismo de periodistas, pero lo quería insultar. Creo que debí hacerlo.


CUATRO

El que habría estado de acuerdo con quien no lo insultara, sin duda, era mi profesor Genaro. El más grande maestro de vida que tuve fuera de mi casa y que me enseñó no solo a escribir en la Primaria, sino a comportarme. Y que siempre me decía que era aliancista por una única razón: por 'Perico' León. Todo porque él había estado en el estadio la tarde del golazo a Cejas en agosto de 1969. Postal sublime: el festejo de 'Perico' en el arco Sur luego de batir a Cejas y abrir el camino peruano hacia México '70 (Foto: libro Goles con Historia, Teodoro Salazar Canaval)El profesor contaba y repetía con un detalle único la jugada: "Fue un pasesazo increíble de Chumpitaz a la salida de un córner, casi desde su propia área. Aunque no lo crean, la pelota recorrió más de 40 metros en el aire hasta que 'Perico' la amortiguó con el pecho, le ganó el cruce a Cejas sin que la pelota tocara el suelo y se la cruzó por encima". No creo que haya pecado más grande para la filmografía peruana que no tener ese video, que sería largamente la imagen con más clics en YouTube originados en este país. Si hay algún video que me gustaría encontrar en mi vida, es justamente ese.

CINCO

En cambio, hay otra imagen que aunque pocos me crean, sí guardo en la mente. Tiene que ver con el primer recuerdo que tengo de un partido de fútbol y además se asocia a una de las personas que más quiero: mi abuelita Cristina. Era mayo de 1985, tenía cuatro años y, aunque no me acuerdo del gol de Oblitas (ver video 2), conservo otra visión clara en mi retina, en la sala de mi casa. Con todos en torno del televisor. Y ella, en voz mitad de euforia, mitad de protesta, diciendo: "¡Cómo lo marcan al Maradona, pero mira cómo lo marcan al Maradona!". Muchos años más tarde, cuando reporteando me quedé encerrado en el camarín del América Cochahuayco y pude ver el tono de una charla técnica de la dupla Chale-Reyna en vivo y en directo, supe a ciencia cierta que esa imagen infantil tenía sustento.



SEIS

Ahora, si de mi abuelita Cristina y fútbol se trata, otro es mi recuerdo favorito. Iban 29 minutos de un partido cargado como él solo, con un Nacional hirviendo en medio de un proceso tenso como el de Oblitas. Y en eso, el brasileño De Souza Mendonca cobró lo que nunca se espera: que le expulsen un jugador clave al rival de Perú. Balbo se iba de la cancha y lo imposible comenzaba a ser posible. El 'Chorri' Palacios escapándosele a Matías Almeyda en el 0-0 de las Eliminatorias hacia Francia '98 (Foto: revista El Gráfico Argentina) En ese momento cumbre, mi abuelita soltó una máxima: "¡Qué lástima que expulsen a ese muchacho tan buen mozo!". Corría julio de 1996, tenía 15 años y, gracias a esa frase, entendí muchas cosas de la vida (y de las mujeres, y del fútbol).

Para acabar, puedo contar que mi tía Doris se casó con un gran y auténtico gaucho de las pampas -como lo llaman en mi casa- y nos dio tres primos argentinos. Siempre según mi abuelita, el mayor de ellos, que tiene mi edad, decía en la casa después de aquella eliminatoria del 85': "Mamá, yo soy argentino, pero la verdad quiero que ganen los peruanos".

Julio, esta vez yo también quisiera que ganen los peruanos, pero...


Fotos: revistas El Gráfico Perú, El Gráfico Argentina y Conmebol; libro Goles con Historia, Teodoro Salazar Canaval

Videos: YouTube / Usuarios: Broncano, Juanmag84

31.5.08

Esos chavales

El España - Perú visto y oído desde la extraña mezcla de televisión y radio.

Fotos: EFE

Un enano mental -ataviado con una camiseta bamba de Universitario- se metió al campo para ganar cámaras. ¿Por qué hay que tolerar a peruanos en el extranjero que dejan tan mala imagen de subdesarrollo y tercermundismo para el país? (Foto: EFE)Lo decía la edición online deo diario Marca en su nota previa al partido: "España enfrenta al Rayo de Sudamérica, por color de camiseta y por la opulenta vecindad". Así como alguna vez Perú recibió a Haití para arrancar con buen pie la era Autuori, España abría sus puertas a la blanquirroja con el fin de sentir que enfrentaba al Rayo Vallecano de estos lares, léase el equipo modesto de Madrid, un equivalente al Defensor Lima de estos lares.

El estadio elegido, el Nuevo Colombino de Huelva. Los Hombres G alguna vez inmortalizaron el siguiente estribillo: "Es tan difícil que tú me quieras como que gane el Recreativo de Huelva". Algo así como Miki González invitando a todos a Tocache.

Ante ese marco, era deliciosa la oportunidad para poner el televisor en mute y seguir el audio del partido por la señal de Radio Nacional de España. Emisora que se caracteriza por no narrar las incidencias del partido salvo aquellas de extremo peligro y, por supuesto, los goles ("Villa ha marcado el primero tras un desborde..."). Lo hace en Champions League y esta vez la oportunidad fue excelsa para hacer escarnio del rival.

Desde el minuto 5, cuando Iker Casillas batió el récord de invencibilidad en la historia de la selección española jugando como local (586 minutos, marca vigente desde la década de los ochenta, surgían los comentarios crueles: La blanquirroja cantando el himno en Huelva (Foto: EFE)"No se puede comparar. Recuerden contra quién atajaba Zubizarreta, y ahora Casillas ataja ante Perú y Estados Unidos (el próximo sparring español)" apuntaba una voz femenina en el panel.

En un partido ralo, las especulaciones sobre si el esquema de 'Chemo' del Solar era similar al que la Rusia de Hiddink presentará en el estreno de la 'Furia' en la Eurocopa el próximo 10 de junio, como alguien quiso sugerir en la península, se fueron diluyendo. Solo hubo un comentario contundente: "Está claro que este equipo Perú no estará en Sudáfrica 2010. Es noveno de su grupo eliminatorio, y contra este equipo España quería hacer pruebas y ahora está empatando", se decía antes del milagroso gol de Capdevila.

Eso sí, nunca falta la perla. En un momento se anunció equivocadamente la salida de Hernán Rengifo del campo de juego. Y luego del gol, la reacción fue dubitativa: "Ha metido el gol... Creo que Rengifo". Como para confirmar que en todos lados se cuecen habas y los desinformados no solo existen en los palcos de prensa de estas tierras del Nuevo Mundo.

17.11.07

Los verás volver

Desde que el sistema eliminatorio ha obligado a Brasil a recalar en Lima cada cierto número de años, la ciudad espera el partido como si se tratara del concierto de moda. Para el hincha peruano, no existen muchas diferencias prácticas entre ir a ver al ‘Scratch’ al Monumental y a Soda Stereo al Nacional, y ello también guarda relación con el destino de la selección.

Composición fotográfica: Gian Saldarriaga / DeChalaca.com

Para partir de una referencia numérica futbolera, lístense 11 canciones del -subjetividad pura del autor- mejor grupo de la historia del rock en castellano con el fin de ilustrar por qué Lima es una muy mala plaza para que una selección juegue como local un partido eliminatorio ante Brasil.

1. En la ciudad de la furia. Si usted se siente geográficamente ubicado así, es seguro que no está leyendo estas líneas en la capital peruana. La furia es una noción alejada de una tribuna que va al aeropuerto a recibir con loas al rival del fin de semana. Nadie pretende que el hincha peruano sea el uruguayo que no deja dormir a los australianos haciendo bulla toda la noche fuera del hotel donde se alojan; pero una cosa es el juego limpio y otra el juego tonto. En sus caras veo el temor, piensa para sí Ronaldinho cuando ríe.

Ronaldinho arribando al Jorge Chávez en medio de las estupefactas miradas del público peruano (Foto: EFE)2. Lo que sangra (la cúpula). Cerati, Bosio y Alberti son la cúpula del micrófono, ‘Dinho’, Kaká y Robinho lo son de esta versión del ‘Scratch’. Como Didí lo fue en 1957, Rivaldo en 2000 o Ronaldo en 2003. De todos ellos, solo el ‘Gordinho’ se fue hostilizado de Lima en la pasada Eliminatoria, de un Monumental que urdió todo tipo de formas córneas con las manos sobre la cabeza para recordar los problemas conyugales del astro. Pero como con Claudio Caniggia en las Eliminatorias del ’96, el hostigamiento tenía raíz farandulera, chismográfica, de revista de peluquería; de quienes creen conocer ese lugar donde revientan las estrellas y no de gente de fútbol.

3. Persiana americana. A Brasil, el Perú lo percibe fuera de foco. Inalcanzable. Irreversible. Casi intocable. Y es preferible dejarlo allí porque la pleitesía que se rinde a la camiseta verdeamarelha en el medio bien haría que muchos turistas del Monumental quisieran proseguir con lo que viene en el estribillo. Esta es la semana en que los amigos te llaman al celular para preguntarte si vas a ir a entrevistar a algún brasileño a su concentración para ver si es posible acompañarte. Quizá alguno de ellos aspire a tomarse una foto con Cafú -bien tranquilo en su casa de Roma, ya retirado del ‘Scratch’-, como las señoras que este sábado por la mañana mostraba la televisión en el lobby del Swissotel.

Por alguna razón, el ambiente que recibe siempre a Brasil en Lima es festivo, y no hostil como contra otras selecciones (Recorte: Don Balón Internacional Edición Perú, Nº 8 p. 1)4. Sobredosis de TV. Es posible entender que varios de los compañeros de trabajo en esta página pertenezcan a una generación que empezó a ver fútbol con un reloj con el tiempo de juego en la pantalla, y por tanto no estén acostumbrados a portar cronómetro al estadio. Pero es insoportable que en el Monumental, como ocurrió en 2003, haya quienes pregunten por qué se dan cuatro minutos de descuento si el balón estuvo fuera del campo más de 15’. O que se molesten porque el tablero electrónico no muestre la repetición de las jugadas. Apágalo, enciéndelo. No se cree poder resistir un aire demasiado tenso, aunque habrá que sufrirlo este domingo.

5. Signos. Caras pintadas de blanco y rojo. Merchandising ofrecido por doquier. Polos “Te amo Perú” inmortalizados por el ‘Chorri’. Parafernalia de todos los tipos y precios para vivir el gran partido del domingo. Pero como en muchos estamentos de esta descoordinada sociedad, no hay un modo. No hay un punto exacto. Para estos eventos el hincha peruano da todo y siempre se guarda algo: la garganta.

La masiva presencia femenina en las tribunas es una nota característica de los Perú-Brasil en Lima (Recorte: El Gráfico Perú, Nº69 p. 19)6. Mi novia tiene bíceps. Típico domingo con inusual presencia femenina en la tribuna. Y aunque no haya mejor noticia visual para quien acude domingo a domingo a toparse con los mismos vendedores de cigarrillos y canchita, algo falla en el modelo cuando las hinchas solo calientan el asiento y no el ambiente. La selección requiere que se crean superniñas, de esas con las que hay que tener mucho ojo con lo que se les dice. Para este tipo de partidos, el paradigma femenino en la tribuna por seguir en la tribuna debería ser el de las tías Pocha o Kika de la barra del Boys. O el de las robustas señoras de la barra del Hijos de Acosvinchos, que no escatiman legumbres verbales o referencias a la ascendencia familiar. Cuerazos.

7. Te hacen falta vitaminas. Por alguna razón, las fotos que evocan los choques con Brasil en Eliminatorias pasadas guardan un patrón uniforme. Es ‘Vides’ Mosquera escabulléndose ante el corpulento Djalma Santos. Jayo y Zúñiga haciendo fuerza para contener a un aplanador Rivaldo. Ciurlizza exigiendo a sus piernas cortas para frenar a Kaká. Biotipo, le dicen en el mundo del fútbol civilizado. Dando vueltas por la cancha (a veces sin sentido), esperando algún milagro sin que pase nada, Perú es, desde la alineación misma, de una forma frente a Brasil: chiquito.

8. Imágenes retro. Casi como para renegar de lo anterior, si algo muy recordable ostenta Perú frente a Brasil es una jugada: Guillermo Salas, pigmeo como él solo, lanzando un centro para el testarazo de Solano (Fuente: You Tube - América Televisión / Usuario: XPeedy).

Si hubiera existido Internet en 1953, téngase por seguro que el remate desde 35 metros de Luis Navarrete sería mucho más famoso. Pero para la tribuna que mañana pueble el Monumental, lo más seguro es que Navarrete sea un álbum y Salas el chiquitín que nadie entiende qué hará marcando a Robinho. Quiérase que este domingo, más que un museo de cera, su actuación signifique un simulacro demasiado real de hace cuatro años.

9. Primavera cero. Un primer perfil del hincha peruano de cara al partido es el de quienes alquilan el empate sin goles con anticipación. “Es un buen resultado”, frase baúl. Ciertamente, sería poco juicioso afirmar lo contrario en la coyuntura actual del fútbol peruano; pero la falta de ambición en condición de local es imperdonable. Recuerdos del futuro juntos, goles suenan a la distancia: solo cabe apuntar, desde la estadística objetiva, que desde que Brasil participa en Eliminatorias todos contra todos (los últimos dos procesos), ya ha perdido en Asunción, Santiago, Quito, Montevideo, Buenos Aires y La Paz. Como para pegarse un viaje por Lima, la horrible.

10. Trátame suavemente. Un segundo perfil de hincha lo conforman quienes casi en actitud de súplica aguardan que mañana no haya que caminar de regreso desde el Monumental en medio de lamentos de una goleada catastrófica. Nueva estadística: en las dos últimas Eliminatorias, Brasil solo goleó de visita a Venezuela (0-6 en 2000 y 2-5 en 2004, ambas en Maracaibo). Como fuere, muchos prefieren comprar su boleto con la cabeza gacha, casi asumiendo que el ‘Scratch’ se comporta de acuerdo con lo que le dicta cada momento, en una inconstancia que no es algo heroico sino más bien algo enfermo (del jogo bonito).

Por eso, el hincha está dispuesto a recordar con el paso de los años simples jugadas improductivas de mediocampo como el sombrerito que Jorge Soto le hizo a Roberto Carlos en 2000 (Fuente: You Tube - Panamericana Televisión / Usuario: maestri09), aunque cinco años antes el ‘Camello’ hubiera correteado 40 metros al lateral brasileño sin poder quitarle el balón en la Copa América de Uruguay -jugada que, por cierto, terminó en gol de Edmundo-.

11. Cuando pase el temblor. La caminata de salida del Monumental siempre es larga y pesada. Tortuosa, máxime cuando se acompaña de una grieta en el corazón y rodeado de un planeta de desilusión. Pero luego de jugar con Brasil, reina una sensación de quietud única. Pasmosa. Acaso porque el perfil de hincha que camina por las calles de Ate obedece a alguno de los descritos en los dos puntos anteriores. Acaso porque muchos de ellos pisaron esa tarde por primera vez un estadio. A lo mejor, porque no son gente de fútbol. ¿La 'Torcida' de local en Lima? El 2000, los brasileños parecieron gritar más que Perú en el Nacional (Recorte: El Gráfico Perú Nº 69, p. 10) En una economía que se rige por las leyes del libre mercado, es perfectamente válido que cualquiera que pueda pagar entre S/.25 y S/.200 (en 2000 y 2003 oscilaron entre S/.30 y S/.250) compre su boleto, vaya al estadio y consuma el producto fútbol como mejor le venga en gana. Así como el 8 de diciembre, al Nacional muchos irán a ver a Soda sin saber más que algún corito, literalmente, de música ligera. Esta sociedad es, por antonomasia, posera.

Con ello y todo, este artículo no pretende renegar de la teoría de los derechos del consumidor. Hace algunas semanas, cuando la reelección de Manuel Burga, un periodista político dijo en televisión que el barullo armado alrededor del tema obedecía a que el fútbol era “la cosa más importante de las cosas que no importan”. Pues bien, esta página web está hecha por personas para quienes el fútbol es la cosa más importante de las cosas que sí importan. Por ello, estas líneas quieren concluir a pocas horas del Perú-Brasil con un único mensaje: a quienes respiramos fútbol, los turistas eliminatorios del Monumental nos caen, por decir lo menos, pésimo.

12.7.07

Cuestionando mitos urbanos

Cada vez que termina una campaña de la selección, “grandes” conclusiones quedan flotando en el ambiente y dominan las discusiones en oficinas y taxis, parques y mesas familiares, bares y salones de clase. Acá, un cuestionamiento a la veracidad de esos destellos de sabiduría popular.



1. Perú fracasó en la Copa América por culpa del técnico. Falso. El verbo “fracasar”, tan venerado por estas tierras, le queda muy grande a la actuación peruana en esta Copa. A saber: se clasificó segundo en su grupo, consiguió el mejor resultado del historial en enfrentamientos contra un grande en el nivel regional como Uruguay y quedó eliminado ante Argentina, el equipo teóricamente más fuerte del torneo. Por otro lado, si bien el técnico tuvo responsabilidad directa en la patética actuación ante Bolivia, tampoco ejerció una influencia decisiva en el empeoramiento de las posibilidades del equipo -simplemente, las posiblidades jamás fueron mayores a lo que se logró-.


2. No hay que cambiar al técnico para no interrumpir el proceso. Falso. En el caos dirigencial que vive hoy la FPF, el término “proceso” le queda muy grande a cualquier trabajo de dirección técnica, y eso no es culpa de Uribe. La razón que existe hoy para no cambiar al técnico, más bien, es que cualquiera que venga se topará con el mismo marasmo en la Videna y no podrá cambiar en demasía el escenario, por lo que resulta más barato mantener al actual. Distinto habría sido el caso si las atrocidades tácticas cometidas contra Bolivia determinaban la eliminación en primera fase, caso en que a Uribe no le habría quedado otro camino que renunciar por decencia; pero así como se clama que ciertos resultados decapitan técnicos, hay que aprender que otros los mantienen.


3. Uribe se equivoca porque pone a Farfán de volante y no de delantero. Falso. Jefferson jugó la Eliminatoria pasada como volante ofensivo recostado por cualquiera de los lados y fue goleador de Perú. Si jugara como delantero, es muy posible que los clamores populares viraran en torno a por qué se mantendría sentados a Pizarro o Guerrero. El problema con la ubicación de Farfán en la última Copa fue que al jugar Perú con un solo volante de contención, él terminaba tapando los espacios que Bazalar no podía cubrir, por lo que se convertía casi en un ocho con un desgaste físico atosigante -y, por ende, acababa lejísimos del arco-.


Jefferson Farfán festejó goles como volante en las Eliminatorias pasadas (Foto: u.univision.com)


4. Bazalar es un caudillo, pero no tiene físico para jugar de titular en la selección. Falso. A Juanca se le exigió algo que jamás hizo con ninguna de las camisetas que ha vestido en sus 21 temporadas como profesional, que es jugar como seis solitario. En la U hacía dupla con el Puma Carranza o el León Rodríguez; en Ciclista, Sipesa y Boys lo acompañó Roger Serrano; en Alianza jugaba con Jayo o Ciurlizza y -cuando se hacía rombo- con el Churre Hinostroza; en el Veria griego su comparsa fue el ex internacional Jiotis Tsalouchidis; en Melgar estuvo con el colombiano Francisco López, y en Cienciano lo han acompañado Juan Carlos La Rosa, César Ccahuantico y recientemente nada menos que Julio Edson Uribe. Vistos los nombres, cualquiera que conoce un poco a los mencionados se percata de que en esas duplas ellos hacían la labor de destrucción y Bazalar la de enlace con el otro bloque del mediocampo. Por eso, y no por falta de un físico que una impecable trayectoria ha sabido conservar intacto -Jayo o Ciurlizza tienen varios años menos que él y también algunos kilos más-, es que Bazalar sufrió en la posición que ocupó.


5. Uribe se equivocó porque puso a Villamarín de central cuando siempre jugó de lateral. Falso. Pese a que su posición natural es de lateral izquierdo, en el último Torneo Apertura Édgar Villamarín arrancó en tres partidos como zaguero central y en varios más (incluidos algunos cotejos de Libertadores) pasó a ocupar ese puesto dado que Cienciano suele pasar de jugar con cuatro a tres defensas en pleno juego según la dinámica de este. Lo que resulta altamente cuestionable -aunque respetable al fin y al cabo- es que Uribe haya convocado a Villamarín, un jugador que comparte con Renzo Benavides y Erick Delgado el nada envidiable registro de haber sido los únicos en la década actual que fueron expulsados en su partido debut en Primera División. Fuera de la anécdota, el zaguero difícilmente haya hecho méritos suficientes en sus tres años y medio en la categoría para merecer un espacio en la lista o, más aún, para ganarse la titularidad por encima de Acasiete como ocurrió contra Bolivia.


6. Perú jugó mal porque Uribe convocó muchos jugadores de Cienciano. Falso. Cienciano es el mejor equipo peruano de los últimos años y el que papel más decente realizó en la última Copa Libertadores. El error de Uribe fue realizar una convocatoria pésima, más allá de los nombres. Repasando: i) no se puede llevar a un solo volante de contención, máxime si tiene 39 años de edad (está dicho que Bazalar es un ejemplo para cualquier futbolista peruano pero eso no lo convierte en Súperman para estar exento de lesiones a estas alturas de su carrera); ii) no se puede ir sin lateral derecho natural (Galliquio es back central en la U y De La Haza se convirtió en volante lateral durante las últimas dos temporadas); iii) es innecesario, necio y torpe perder un cupo convocando a un tercer arquero cuando las normas de la Copa permiten que en caso de lesión ese puesto pueda ser reemplazado por un vigesimotercer jugador (capítulo IV, artículo 7, inciso 2.4. del reglamento de la competición).



¿Estaba Villamarín en capacidad de enfrentar a rivales como Riquelme? (Foto: AFP/ www.copaamerica.com)


7. Lo que pasa con Uribe es que juega con hombres y no con nombres. Falso. En Sudamérica una selección que no sea Argentina o Brasil no puede darse el lujo de prescindir de los pocos nombres que tiene. Decir que Solano no estuvo en Venezuela por algún motivo distinto de la censura dirigencial es un insulto a cualquier lógica elemental. Por otro lado, no hay forma de decir que Uribe juega sin nombres. Alguna vez convocó a Alfredo Carmona cuando estaba sin club; a Francisco Pizarro cuando era tercer arquero de Municipal el año en que este perdió la categoría; a su hijo Julio Edson (camiseta 10 incluida) cuando apenas alternaba en el Deportivo Maldonado de Uruguay; a Jair Butrón y Álex Becerra cuando ni siquiera destacaban en el Alianza Atletico de Lánder Alemán, quien presidía la Comisión Mundialista que pagaba utilidades a cada club que aportaba jugadores a la selección. Eso fue jugar con “nombres” (bien entre comillas). Felizmente esta vez -hasta ahora- no ha llegado a tales extremos.


8. Pizarro les tapó la boca a sus detractores con los goles a Bolivia. Falso. Tampoco se trata de jugar con nombres por encima de los hombres. Un goleador que no hace goles deja de serlo y no puede entenderse como titular fijo. Si juega en el Chelsea y no le anota a Bolivia, tendría una mínima introspección por hacerse. Es cierto: en ese partido apareció cuando se le necesitó. Sería interesante que esa capacidad de desequilibrio se presentara en otro tipo de partidos, ante rivales más acordes con el fuste de su trayectoria europea, aunque ya se lleven ocho años -desde que debutó con la blanquirroja- esperando eso.


¿Se repetirá el festejo de Claudio Pizarro contra Bolivia frente a rivales de mayor peso? (Foto:futbolarg.wordpress.com)


9. Está demostrado que el 5-3-2 es el mejor esquema para Perú ya que cuando usó el 4-4-2 jugó horrible. Falso. Un sistema táctico por sí solo no le gana a nadie. Cuando Perú partió a Venezuela, el comentario predominante era que los zagueros peruanos no sabían jugar en línea de tres y hacerlo era una irresponsabilidad; luego de la goleada a Uruguay, hasta la secretaria recitaba a coro la clave mágica “cinco hombres en el fondo” como receta del éxito. Los esquemas sirven en tanto sean funcionales al rival de turno y se tenga a los hombres idóneos para aplicarlos. Quizá jugar con cuatro centrodelanteros como se terminó contra Bolivia no sea tan estrambótico el día que se juegue un amistoso de solteros contra casados ante San Marino o Tonga; emplear un 4-4-2, la táctica más convencional del fútbol, con De La Haza abriendo un rombo como único volante de marca difícilmente sea viable en algún lugar del mundo.


10. Con este técnico y este equipo, no tenemos posibilidades en las Eliminatorias. Falso. Sobre todo, porque Perú está encuadrado en una serie clasificatoria donde juegan otros equipos que hoy por hoy tienen problemas iguales o peores. El fútbol chileno afronta una crisis generalizada que ha devenido en un escándalo disciplinario de dimensiones que por estos lares no se ven desde los ‘90. El Ecuador mundialista hizo cero puntos en la Copa. Colombia fue humillado por un rival directo en su camino hacia el próximo Mundial (Paraguay) y mostró pocos recambios para algunos nombres de peso que empiezan a despedirse. Muchos se preguntan cómo Uruguay jugando tan mal en la Copa estuvo a punto de disputar la final; una buena razón está relacionada con el peso de las cerca de 10 individualidades con que cuenta. Perú tiene unas tres o cuatro, y con eso le bastó -por ejemplo- para dejar fuera por kilaje a un Bolivia muy animoso pero sin los Etcheverry o Sánchez que hace una década le dieron, justamente, el paso a un Mundial. Entender que lograr ese objetivo no depende solo de méritos o culpas propias es el primer paso para tentar alcanzarlo.