Fotos: libro 200 Clásicos de Historia, Lorenzo Villanueva Regalado; ANDINA; Libro de Oro de Alianza Lima
El 'Mago' es un auténtico ídolo de Matute, amén de que durante sus últimos años haya dejado de ir al estadio porque alguna vez un desubicado le preguntó en la puerta quién era y no lo dejó pasar. En el anecdotario quedan sus cuatro penales atajados en siete partidos disputados en la gira blanquiazul por Chile en 1935 -el llamado 'Rodillo Negro'-; los siete goles que marcó la tarde del 15 de agosto de 1933 ante el Sportivo Unión, cuando dejó su puesto en el arco a Fortunato Campos y se animó a jugar como delantero; su actuación en los Juegos Olímpicos de Berlín 1936; sus duelos con 'Lolo' Fernández en los clásicos y, sobre todo, su aliancismo a flor de piel, compartido con aquel 'Equipo de Oro' de los años '30.
Esos aliancistas, como los de hoy, también tomaban, y bastante. Pero con ligeras diferencias -fuera de que el fútbol de estos tiempos se juegue a la velocidad de la luz y no de la calesita-. Narraba el 'Mago' en el Libro de Oro de Alianza Lima: "En Alianza éramos íntimos, si querían invitarnos una cerveza aceptábamos con gusto. Todo el mundo sabía tomar. Eso sí, antes de jugar no tomábamos. Eso es lo que yo discuto con mucha gente, ¿cuándo vieron a Villanueva llegar borracho a un partido? Nunca. Lo que pasa es que ni bien terminaba de jugar se iba a festejar, pero jugar borracho, jamás (...)".
Contundente. Tanto como el éxito personal y profesional del 'Mago', a quien tuve el privilegio de conocer hace algunos años, cuando frisaba 91, en su casa de la urbanización Mirones. Modesta por fuera, pero sobria y cálida por dentro, repleta de calor familiar y admiración por un hombre que, luego del fútbol, había trabajado con éxito como entrenador -en Deportivo Municipal- y servido por tres décadas a la Municipalidad de Lima. Pero sobre todo, que se había preocupado de otorgar educación a sus hijos, así como su padre, sargento de la policía, lo había alentado alguna vez a triunfar bajo el arco.
Don Juan falleció en mayo del año pasado, por lo que no ha llegado a ver en vida el mayor de sus éxitos, fuera de todos los comentados y sus seis campeonatos en el arco de Alianza. La realización de su hijo, reconocido funcionario del Fondo Monetario Internacional, como ministro de Economía, el mayor encargo al que un peruano que se dedica a esa carrera puede aspirar en el país. Y habiendo surgido profesionalmente con un respaldo económico muy inferior al que el hijo de un futbolista promedio de estos tiempos puede obtener.
Por eso, me suscita inquietud saber cuántos hijos de cuántos jugadores asistentes a la fiestecita de Manco podrán aspirar, en un futuro, a ser ministros de Estado. Apostaría un par de cervezas -después del fútbol- que es tan poco probable como que en unas seis décadas, un periodista pueda sostener una conversación inteligente y alturada con un "líder" aliancista de hoy como por ejemplo, Juan Jayo. Porque si Valdivieso mantenía el tono amable y educado en cada una de sus palabras, cada vez que una cámara enfoca al hoy capitán blanquiazul encuentra gestos agresivos y, durante los partidos, labios tejiendo mentadas de madre.
Quiera el tiempo que estas palabras caigan en saco roto e hijos de futbolistas como Spiderman Flores (primogénito de Juan 'Chiquito') o Pablo Aimar Cruzado (hijo de Rinaldo) lleguen no necesariamente a ser funcionarios, sino apenas gente exitosa.