Mostrando las entradas con la etiqueta Manuel Burga. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Manuel Burga. Mostrar todas las entradas

28.12.07

Borrados por la vergüenza

Composición fotográfica: Gian Saldarriaga / DeChalaca.com

Ni siquiera en fin de año la afición puede pasar días tranquilos. El Grinch del balón, la Federación Peruana de Fútbol, manoseó las expectativas de dos equipos del centro del país, Atlético Minero y Sport Águila, y rechazó el partido que debía definir el ascenso de alguno de ellos a Primera División. ¿Habrá cometido la dictadura de Burga esta vez un error estratégico capital?

A estas alturas de la vida y el año, ya no produce rabia el desvarío continuo que produce la Federación Peruana de Fútbol con sus burdas decisiones en torno de cualquier tema que afecte al balompié nacional. El convencimiento de saber que se juega en dictadura equivale al que producen esos partidos que se saben amañados de antemano, y hasta extienden algo de lástima por sus protagonistas.

Atlético Minero ya estaba de vacaciones y tuvo que recomponerse para entrenar de cara a un partido que nunca se jugará por la prepotencia de la FPF (Foto: Gian Saldarriaga / DeChalaca.com)Lástima por Burga, el ciudadano peruano con mayor nivel de rechazo público a pocos días de acabar 2007, desprecio reflejado en el hecho de que los muñecos quemables de Año Nuevo inspirados en él encabecen ventas en el Centro de Lima por encima de los de procesados y encarcelados. Qué triste debe ser la vida de alguien que no puede salir a la calle porque apenas lo reconocen es presa de insultos y vejámenes, como le ocurriera hace unos meses en compañía de su familia en el propio Óvalo Gutiérrez, uno de los lugares más apacibles de la ciudad. Qué drámatico debe ser para una persona no poder ir siquiera a ver un partido definitorio de un campeonato que él mismo organiza y jugado en su propia ciudad natal (Chiclayo), por temor a afrontar el repudio de la masa. Qué patético debe ser ver cómo el periodismo que alguna vez creyó en él y lo defendió de las injurias de Rospigliosis, Navarros y demás figuras cancerígenas que han circundado al balompié durante los últimos años rechaza hoy sus formas autoritarias y le dispensa, con razón, las portadas burlescas que otros le obsequiaron gratiutamente una década atrás. Las mascotas del Sport Águila se quedaron con las ganas de volar hacia Primera División (Foto: flickr.com / Usuario: chullitoandino)Ir en contra de todo y contra todos: señal inequívoca de enceguecimiento por el poder, síntoma evidente de dictadura que comienza a desandar el camino de su propio desastre.

Lástima por Silvestri Somontes, la única persona que tiene el innoble designio de haber sido víctima de un atentado con bomba en un automóvil en este país después de controlado del terrorismo. Un exceso de violencia de ese tipo es injustificable y condenable; pero el solo hecho de que se haya llegado a tal punto de agresión refleja la desesperación que genera el latrocinio que un personaje ha hecho del honor uno de los equipos más queridos del balompié peruano, el Deportivo Municipal. A la ‘Academia’ distintas juntas directivas la manejaron mal y la hicieron pasar tardes vergonzosas con descensos incluidos, pero jamás habiendo llegado al punto de presentar juveniles y subyugando el honor del escudo edil a un entrampamiento de reglas que le permitiera salvar la categoría por lo bajo. Como no sabe de fútbol más que lo que pudo aprender viendo tapar a su hijo -sobran comentarios-, nunca entenderá que ‘Muni’ cayó al hoyo varias veces, pero siempre con dignidad. Y que esa Banda del Basurero que sigue a su equipo a todas partes funda su honor en el hecho de haber caído varias veces peleando, pero con artes decentes. Huancayo, que iba a ver fútbol profesional indistintamente de que ganara Minero o Águila, es la perjudicada directa con el entuerto armado por Burga y compañía (Foto: flickr.com / Usuario: chullitoandino)Tan apocalíptico ha sido su accionar que más de un hincha edil ha evocado las épocas de Rafael Hernando como ejemplo de conducta dirigencial. Qué asco de gestión.

Lástima también por el tal Enciso Rivera, patrón de lavandería que se aventuró a hacer fútbol profesional y creyó que con algunas llamadas vía celular podría asegurar su permanencia a pesar de que su equipo fuera un desastre en el campo. Típico gamonal, se desgañitó alardeando ante la prensa de su ciudad y sus jugadores que tenía todo arreglado para que Total Clean jugara en Primera en 2008. Por fortuna, el fútbol también cuenta con empresarios de trayectoria reconocida como Rafael Rizo-Patrón, quien en una actitud para el aplauso encabezó la firme posición de la ADFP para rechazar esa y las intenciones de los otros secuaces de la Videna.

Pero la respuesta pueril de esta gavilla fue tan cobarde que dañó a quienes menos tenían que ver con sus intrigas. Atacó directamente a dos equipos del centro del país como Atlético Minero y Sport Águila, a cuyas aficiones se les ha manoseado la ilusión de llegar a Primera División. ¿Hay algo más legítimo en el fútbol que el sentir de hinchas como los del Minero, que sin importar edades se desplazan desde un pueblo aislado como Matucana para seguir a su equipo? (Foto: Gian Saldarriaga / DeChalaca.com)DeChalaca.com repudia que exista tanta enanura mental como para destrozar de ese modo la escasa cultura futbolera que hay en el país. Sobre todo luego de haber visto cómo el pueblo de Matucana en pleno llegó al Callao para ver a Minero jugarse el ascenso ante Hijos de Acosvinchos en la última jornada de Segunda División, o de ver el estadio Huancayo abarrotado con 20 mil espectadores para seguir al Águila de Mifflin Bermúdez en su lucha por la Copa Perú. El absurdo está incluso más allá de que Minero haya tenido que recomponer un equipo ya de vacaciones y contratar un técnico (José Ramírez Cuba) solo para el partido que iba a jugar, o que la FPF haya cobrado a Águila el alquiler de la concentración de la Videna mientras se preparaba para la definición. Simplemente pasa por que se transmita a aficiones honestas en sus sentires la señal de que sus intereses no valen, de que puede pisotearse a sus equipos como si nada. Un despropósito contra cualquier ley básica de marketing, en un país que cada vez -además- evoca más el concepto de inclusión social en todos sus estamentos, salvo, para variar, en los concernientes al fútbol.

Pese a todo, y casi como irónico consuelo, cabe reparar en que Burga y compañía podrían estar incurriendo en un grave error estratégico. No es lo mismo amnistiar a un equipo y ganarse algunos aplausos en Huaraz que tirarle un portazo en la cara a un pueblo tan bravío como el huancaíno. Y no se trata de invocar marchas de protesta o hasta bloqueos de carretera como folclóricamente se ha propuesto desde más de un sector durante las últimas horas; A la larga, es imposible para cualquiera soportar tanto tiempo haciendo el ridículo (Foto: fotoplop.blogspot.com)se trata solo de que ya hay un departamento en pie de guerra terminante contra esta administración, y que en términos de fuerza de choque de opinión vale mucho más a la larga, por ejemplo, que el apoyo que pueda brindar un club como Total Clean que con suerte tiene como hinchas a Enciso Rivera y algún generoso planchador de ternos en Sachaca. Cuánto peso mediático de cara al exterior puede ejercer vía Internet tener a una toda ciudad en contra que contar con adláteres que ni siquiera pueden actualizar una página web como la de la FPF con información básica como los datos de los jugadores que integran el seleccionado nacional. Esa falta de visión, indefectiblemente, pasará factura en un plazo no muy largo a esta dictadura del fútbol, signada por el manejo arcaico y con el estilo juvenalesco como paradigma de gestión.

Un campeonato con 13 equipos, muy posiblemente el más largo del mundo para 2008, es la barrabasada -o burgada- que corona una temporada oscura para la organización del fútbol en el Perú. Son tan miopes en la Videna que no se dan cuenta de que el hecho de contar con una liga con número impar de participantes pondrá al Perú en el ojo del fútbol mundial y generará preguntas permanentes. Ven tan poco más allá de sus narices que no se percatan de la fuerza del mundo virtual y que, a un clic de distancia, las fotos de muñecos de Año Nuevo pueden estar haciendo ridículo en la bandeja de entrada de Joseph Blatter. Creen que dictando medidas como estas en tiempos de fiestas restringen su difusión mediática, cuando hoy las cadenas de correo y los foros prolongan las discusiones y mantienen vigente la capacidad de protesta. Hasta ahora se habían metido con otros dirigentes, pero esta vez lo hicieron con los hinchas: y eso es algo que en el corto, mediano o largo plazo, el fútbol no perdona y cobra a manera de revancha sí o sí.

5.10.07

Por qué el Perú merecería una desafiliación

En horas en que el ambiente del fútbol peruano está dominado por una noticia generada fuera de las canchas que nadie quiere leer, bien vale la pena reflexionar acerca de la principal causal de que Manuel Burga termine entronizado en el sillón de la FPF: la incapacidad colectiva de todos quienes estamos inmersos en este entorno para influir positivamente sobre él.

Foto: RPP

A Manuel Burga no queda otra que felicitarlo por haber logrado lo que casi nadie consigue en este país de las maravillas: aunar voces en torno de un único objetivo.

Resulta irónico, además, que en una actividad como el fútbol, que por esencia es polémica, un personaje pueda conglomerar tanto consenso: a él, hoy nadie en la calle lo quiere.

Ninguno de quienes hacen DeChalaca.com supera los 30 años de edad. Todos crecimos, futbolísticamentehablando, en medio de fuertes discusiones sobre la capacidad de tal o cual dirigente del balompié local. Burga logró lo imposible en el fútbol: que todos estén de acuerdo -en su contra- (Foto: RPP)Hace una década, por ejemplo, un hincha o un periodista deportivo podía ser o bien delfinista o bien gonzalista; algunos de quienes aquí escribimos pasábamos horas al día polemizando sobre cuál de los dos modelos dirigenciales debía sacar al fútbol peruano del supuesto hoyo en que se encontraba. Hoy, cuando ese abismo es más profundo aún, ya ni siquiera hay un punto de partida para discutir: solo queda espacio para renegar del descrédito.

Burga puede caerle antipático al Perú entero por lo que fuere, desde la escasez de resultados deportivos positivos en su gestión hasta el aspecto de su barba. En esta página, incluso, no hay acuerdo de opiniones acerca de sus principales defectos como gestor o su propia probidad. Ante la subjetividad, siempre es preferible centrarse en cuestionar lo objetivo: alguien que amnistía a un ente (en este caso un club) sancionado de acuerdo con las reglas que él mismo propuso, no convoca a elecciones en la fecha que corresponde y desacata las normativas de un órgano superior se convierte, sin exageraciones, en un dictador.

Durante los últimos días, se ha metaforizado al ambiente vivido en la Videna con el que el país vivió en torno de la reelección de Alberto Fujimori en el año 2000. Amén de las aún más subjetivas opiniones políticas, hay un hecho insoslayable: el entonces presidente basó su triunfo en aquella época en una poderosa maquinaria mediática que le era fiel. Hoy, Burga tiene a todos los medios -tradicionales o modernos, caros o baratos, serios o chichas- en su contra. Incluso quienes utilizan los términos más diplomáticos para referirse a su gestión no son capaces de endilgarle elogio alguno. Vaya si quisiera Fujimori haber tenido tal capacidad de imponer sus propósitos sin respaldo periodístico. ¿Cómo puede haberlo conseguido un dirigente de fútbol?

¿A quienes les reclaman a los presidentes departamentales les interesan las precarias condiciones en que se juega la Copa Perú en el interior del país? (Foto: chalaysanto.com)La respuesta es simple. En este fútbol peruano sobre el que todos hablamos, nadie existe formalmente. No existen los clubes llamados grandes, porque pese a haber logrado consensuar los tres su negativa al continuismo, su capacidad de influir sobre sus pares es nula ya que la elección entre los votantes provenientes del fútbol profesional quedó igualada en seis votos por lado. Tampoco existen, como tales, los demás clubes, ya que -como muchas agrupaciones políticas- no canalizan las demandas de los grupos de interés a los que upuestamente representan (sus hinchadas, para no hablar de socios aún más fantasmas) sino los de cuasipatrones gamonales. Mucho menos existe el poder de la prensa: es muy fácil hoy llenar páginas endilgando a la mayoría de los impresentables presidentes de las federaciones departamentales la responsabilidad de haber sostenido a Burga con su voto cuando ello no es más que el reflejo de lo desatendido que está el teje y maneje de cada una de las ligas locales. ¿Quién habla de cómo se clasifican los equipos en la Copa Perú? ¿Alguien, aparte de Radio Callao, cubre partidos de otras divisiones?

Y es que en el Perú, el fútbol se quiere construir al revés, como una pirámide que se arma desde la punta en vez de desarollarse por la base. Lo único que acaso no es responsabilidad directa de Burga, clasificar a un Mundial, es el cuestionamiento preferido de sus detractores. Casi nadie le recuerda que durante su mandato, el fútbol peruano pasó por la vergüenza mundial de ver inconcluso un campeonato (temporada 2003) o que actualmente juega otro en el que todos los días se especula si habrá o no descenso de categoría, a manera de herramienta de control político. Pero no: “eso no le importa a la gente”. Total, el hincha se pintará igual la cara para ir al estadio contra Paraguay, y lo importante será ganar ese día para seguir vendiendo. Federico Cúneo deberá decidir si su aventura hacia la FPF fue algo temporal o afianzará su posición opositora (Foto: Andina) El concepto de largo plazo se remite el partido del domingo próximo, o la clasificación a la Copa Libertadores del verano siguiente que permite recibir cheques de Toyota para sostener presupuestos. Así funciona la industria del fútbol en el país, peleando por migajas de lo que podría ser una gran torta.

Por todo ello, ni siquiera el hecho de ver a gente seria y de reconocida trayectoria empresarial como Rafael Rizo-Patrón o, ahora, Federico Cúneo, envuelta en el ambiente del fútbol, permite del todo creer que algo va a cambiar. El caso del último, por ejemplo, resulta llamativo debido a que con todas sus intenciones positivas encima, su candidatura no dejaba de ser un reflejo de la tradición de oposiciones improvisadas que caracterizan cualquier contienda democrática en el país: todos juntos y revueltos contra el demonio de la película. Si Burga es Fujimori, Cúneo vendría a ser una especie de Alejandro Toledo sin mascaypacha roja que, de perseverar, tendrá la primera oportunidad de acceder al cargo el día que, por las buenas o por las malas, esta administración caiga -ninguna dictadura es eterna-. Ojalá que esa hora lo encuentre mejor rodeado.

Gino Pinasco pidió disculpas por sus exabruptos del fin de semana pasado, pero sembró preocupación sobre la tendencia que seguirá su gestión en Universitario (Foto: Martín Velásquez / DeChalaca.com)Por ahora, el panorama es sombrío, y tan tenso que hasta la gente más ecuánime pierde los estribos. Ni el más acérrimo crítico de Juan Carlos Oblitas, por ejemplo, podría dejar de reconocer que el ‘Ciego’ es tan educado en el plano público como verbiflorido es en privado. Pero entre el mal juego de Cristal y las inocultables presiones sobre los árbitros que siempre existen y se hacen palpables en estos tramos finales de temporadas, perdió el control el último domingo ante Total Clean y
se terminó yendo expulsado
. O Gino Pinasco y sus gestos de barrabrava a la Trinchera Norte en el reciente Universitario-Cienciano, de los cuales felizmente se excusó pero habiendo dejado flotando la preocupación de haber resucitado en Ate actitudes matonescas que, supuestamente, su gestión debía desterrar. Evidentemente, la comentada corta edad de quienes hacemos esta página nos impide -de más está decirlo- sugerirle a gente grande y madura cómo debe comportarse; la observación solo cabe porque hoy el fútbol necesita creer en alguien, y Oblitas o Pinasco pertenecen al reducido grupo de gente que algo de confianza habría de transmitirle al sistema.

A estas horas, hay quienes se desgañitan temiendo la posibilidad de una desafiliación por parte de la FIFA. Y la verdad es que a nadie que opera en torno de este deporte le conviene ser un paria internacional. Aunque también es cierto que, por todo lo anterior, el Perú se lo tendría más que merecido. Un esfuerzo como esta página, que viene naciendo con la ilusión de revalorar la historia y tradiciones de nuestro balompié, por ejemplo, tendría mucho menos temas que tocar si la selección dejara de competir. Pero quizá un zamaqueo de esa envergadura sea la única forma -más que de remover a alguien de determinado cargo- de entender hacia dónde está llevando el sistema la maldita obsesión por clasificar a un Mundial como si eso, por arte de magia, fuera a sembrar pasto en la cancha de tierra que está a la vuelta de la esquina.