Foto: Diario del Cusco
Juan Carlos Oblitas es un técnico serio, que ha trabajado por años construyendo un prestigio bien ganado. Quien escribe, considera, además, que es el personaje más influyente en el desarrollo que el fútbol peruano pueda haber alcanzado durante los últimos 20 años, al haber sido el primero que aplicó sistemas tácticos que nadie usaba en el desordenado fútbol local de finales de los ochenta (como el 3-5-2) y, sobre todo, manejado una filosofía coherente durante la década de los noventa con la selección nacional, pese a haber tenido mucha -en buena parte incompetente y malintencionada- prensa en contra.Pero preferencias y subjetividades al margen, a Oblitas nadie, con todas las críticas que haya podido recibir de ciertos sectores a lo largo de su carrera, podría acusarlo de informal o conspiracionista. Por esa imagen de seriedad que ha acuñado, probablemente, él era el menos indicado para tomar una decisión como la de esta tarde, al enviar un equipo Sub-20 al campo por estar en contra de la bolsa de minutos y terminar por enlodar una jornada de fútbol y restarle brillo al campeonato.
Al margen de los sinsabores, el tema de fondo es cómo este ejemplo repercute sobre el cumplimiento de una norma que pretende promover la aparición temprana de jugadores. Hoy, los debutantes fueron cinco: Juan Arce, Diego Minaya, Juan Diego Lojas, César Ruiz y Julio Cabrera, quienes deportivamente tendrán que contar poco sobre este partido más allá de haber agregado -junto a los otros juveniles que ya se habían estrenado (Bryan Salazar, Daniel Sánchez y Manuel Tejada)- un total de 611 minutos para la bolsa. Es decir, el 53.6% de los 1,140 minutos exigidos por la bolsa, y en un solo partido.
Todo desvirtuado. A partir de ahora, el mal ejemplo podrá ser seguido. Por citar un caso, ya José Ramírez adelantó que podría hacer lo propio en algún partido que a Atlético Minero le toque afrontar en Lima. Y si bien la decisión no es irracional en términos prácticos, el fútbol requiere que sus actores más racionales -entre los que siempre ha figurado, en el pelotón de vanguardia, Oblitas- sean quienes den sentido a las normas que se establecen y no contribuyan a escamotearlas o a aprovechar los "huecos" que ellas dejan.
Ciertamente, el sistema era de plano imperfecto. Haber obligado a tener uno o dos jugadores menores de 20 años en lista, como se aplicó en temporadas anteriores, quizá, podría haber constituido un sistema más efectivo. Pero dada la norma, y con todo lo absurda que pueda parecerle a alguien, buscar que cause efecto es lo más sensato. Hay que decirlo hasta el cansancio: al fútbol peruano, de donde está solo lo va a sacar la poca gente inteligente que lo rodea. Oblitas es muy inteligente, y por eso, él sabe bien que lo de hoy, más que sumar minutos, termina restando.