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30.10.08

Que el último apague las velas

En el cumpleaños de Maradona, una defensa cerrada de las críticas a su designación como técnico de la selección argentina -y, a la vez, en defensa del gran ídolo que el fútbol debería preservar-.

Foto: xudala.blogspot.com
Fotos: xudala.blogspot.com, infobae.com
Videos: YouTube / Usuarios: LuisRiddle, mcjrigo86

Sobre Diego Armando Maradona y su designación como técnico de la selección argentina se ha escrito tanto en las últimas horas que un post más sabe a refrito.

Analistas políticos, gente de farándula, magacines de TV. Todos le dicen feliz cumpleaños a Maradona hoy 30 de octubre y emiten un juicio sobre él. Como siempre, todos viven de él, de su fama y de las noticias -y los escándalos- que genera. Le aplauden las inconductas y lo lisonjean como paradigma mundial del desacato y la irreverencia ante los sistemas establecidos.

¿Y la gente de fútbol dónde está? Aplaudiendo. Porque a los ídolos se los aplaude. Pese a que la gran mayoría de la gente que auténticamente sabe de fútbol y lo vive sabe, con convicción, que la AFA ha cometido un despropósito.

¿Serán Bilardo y Batista los ángeles de la guarda del 'Diez'? (Foto: infobae.com)


Yo empecé a ver fútbol a los cinco años de edad, con el Mundial de México. Si el fútbol hoy me gusta, es porque en la retina tengo los dos goles de Maradona a Bélgica, claritos, nítidos. A esos dos goles -cuando le metió los goles a Inglaterra estaba jugando con mis soldaditos de plomo en el patio de al lado- les debo buena parte de la pasión que tengo por lo que más me gusta en la vida.

Por eso, solo por eso, a pesar de que Maradona me parezca un pésimo ejemplo de persona, nunca he dejado de respetar su imagen, que en mi mente ocupa un lugar junto al Pato Donald como la de un héroe de la infancia.



Detesto con franqueza a todos los que fustigan a quienes criticamos las actitudes de Maradona y para ello se amparan en conceptos como hipocresías sociales, rasgados de vestiduras, escupitajos al cielo y demás. En la gran mayoría de los casos, esa gente de fútbol sabe poco o nada y lo único que quiere es que Maradona siga haciendo escándalos para poder escribir más y más artículos sobre él y vender más y más merchandising sobre él, como ocurrió cuando su irresponsabilidad lo puso al borde de la muerte. Esa gente nunca podría entender por qué el nombramiento de Maradona es un despropósito en términos técnico-tácticos.

Por tanto, prefiero centrarme en la gran obligación que tiene la gente de fútbol: cuidar a los ídolos. Para ello quiero prestarle atención solo a lo que dicen dos personajes que, irónicamente, son casi tan contraejemplares como Maradona para la sociedad. Uno es un auténtico grande de la música: de los pocos que puede hacerme cambiar un domingo de estadio por la cola de un concierto. Se llama Andrés Calamaro y estuvo en Lima el último fin de semana. Canta él: "Siempre te vamos a querer, por las alegrías que le das al pueblo y por tu arte también".

El otro personaje es Roberto Chale, alguien con problemas similares a los de Maradona y acaso la persona que -en mi opinión- mejor ve e interpreta fútbol en el Perú. Le leía hoy que esperaba que Maradona triunfe, por el fútbol y por él, y no por quienes lo habían nombrado para quedar bien antes de que el panorama frente a una reelección se les pusiera complicado.

Calamaro no es un ejemplo para nadie, por el tipo de vida que lleva. Yo admiro su música y creo que en ese plano nadie en el rock hispano le hace sombra. Y coincido con él en que a Maradona se lo debería querer por lo que hizo en la cancha. Ese es el recuerdo que hay que cuidar.

¿Qué se habrá traído entre manos Grondona con la designación del 'Diez' como técnico? (Foto: infobae.com)


Chale no es un ejemplo para nadie, por el tipo de vida que lleva. Yo admiro su capacidad para leer rápido un partido y tirar a la cancha dos cambios que pueden modificar un resultado. Y temo que a Maradona pueda acabarle ocurriendo lo mismo que le pasó al ex 'Niño Terrible' en el Alianza Lima de 2005: ser vilmente aprovechado como piñata mediática para tapar problemas de gestión. Salvando siderales distancias, quiera el fútbol que en eso Julio Grondona no se acabe pareciendo a Alfonso de Souza Ferreyra.

9.9.08

Fotos y recuerdos

Composición fotográfica: Sandro Mena / DeChalaca.com

Si el partido con Brasil es una convención social que se repite cada cuatro años para la sociedad limeña, el partido con Argentina acaba siendo la llave que al buen hincha del fútbol le permite abrir el baúl de los recuerdos personales más profundos.

Composición fotográfica: Sandro Mena / DeChalaca.com

UNO

Antes de que alguien bajara para el lonche sabatino, desconecté el televisor de la cocina y lo puse en la maletera de mi auto. Fue unilateral, casi un hurto familiar, pero el motivo era válido: tenía cierre de edición de la revista que editaba en la universidad y nos habían prestado una oficina que tenía todo menos tele. Tévez se le escapa a Galliquio en la noche del 1-3 en el Monumental por las Eliminatorias a Alemania 2006 (Foto: revista El Gráfico Perú)Con una práctica calificada el martes y 64 páginas por editar, casi nadie entendía qué hacía yo perturbando el cierre en búsqueda de una antena de conejo para ese aparato de 14'' "perdiendo el tiempo que en la Pacífico a nadie le sobra para ver perder a una selección que siempre pierde". Y que perdió, por 1-3 y con mucha claridad. Esa noche de setiembre de 2004, cuando después del gol de Coloccini me fui a corregir un rato el crucigrama mientras recobraba el humor, comencé a sentir que los Perú-Argentina habían dejado de gustarme.


DOS

Pero creo que en realidad nunca podrían dejar de gustarme, aunque siempre me haya costado mucho ir a ver uno. Recuerdo que en agosto de 1993, la maquinaria mediática se había centrado en "la que iba a ser la primera derrota eliminatoria ante Argentina en Lima con las entradas más caras de la historia". Es verdad, fue derrota con gol de Batistuta (ver video 1). Y las entradas fueron caras, porque mi papá, que jamás me dijo no a un capricho de niño, no me quiso llevar al estadio después de revisar cuánto costaban los abonos en Deporte Total. Igual esa vez sentí que no me perdí demasiado más que algunos insultos a Popovic -por extranjero- y Barco -por cuñado-.


TRES

De insultos, más bien, supe poco una tarde de setiembre de 2000, en el palco de prensa del Nacional. Un argentino, Tempone, disparaba un misil contra el arco argentino; y otro argentino, Samuel, la metía de rebote en el arco argentino. ¿El resultado? Un gol peruano, la única forma que había de que una lágrima de equipo llegara a él. Verón fusila a Vegas y decreta el segundo tanto argentino en el 1-2 de las Eliminatorias para Corea-Japón 2002 (Foto: revista Conmebol)Retumbaba en mi mente una frase que me había dicho meses antes don Lucho Puiggrós en la redacción de Don Balón Perú: "Maturana es el rey Midas de la caca. Todo lo que toca lo vuelve porquería". En eso, escuché unas carpetas más allá al redactor de un diario de 50 céntimos -que una vez puso en portada a Oblitas con traje a rayas y que había promovido la interrupción del proceso para la llegada del 'Pacho'- decir: "Maturana se tiene que ir". Le metí un puñetazo a la mesa y me contuve. Dicen que no se hace periodismo de periodistas, pero lo quería insultar. Creo que debí hacerlo.


CUATRO

El que habría estado de acuerdo con quien no lo insultara, sin duda, era mi profesor Genaro. El más grande maestro de vida que tuve fuera de mi casa y que me enseñó no solo a escribir en la Primaria, sino a comportarme. Y que siempre me decía que era aliancista por una única razón: por 'Perico' León. Todo porque él había estado en el estadio la tarde del golazo a Cejas en agosto de 1969. Postal sublime: el festejo de 'Perico' en el arco Sur luego de batir a Cejas y abrir el camino peruano hacia México '70 (Foto: libro Goles con Historia, Teodoro Salazar Canaval)El profesor contaba y repetía con un detalle único la jugada: "Fue un pasesazo increíble de Chumpitaz a la salida de un córner, casi desde su propia área. Aunque no lo crean, la pelota recorrió más de 40 metros en el aire hasta que 'Perico' la amortiguó con el pecho, le ganó el cruce a Cejas sin que la pelota tocara el suelo y se la cruzó por encima". No creo que haya pecado más grande para la filmografía peruana que no tener ese video, que sería largamente la imagen con más clics en YouTube originados en este país. Si hay algún video que me gustaría encontrar en mi vida, es justamente ese.

CINCO

En cambio, hay otra imagen que aunque pocos me crean, sí guardo en la mente. Tiene que ver con el primer recuerdo que tengo de un partido de fútbol y además se asocia a una de las personas que más quiero: mi abuelita Cristina. Era mayo de 1985, tenía cuatro años y, aunque no me acuerdo del gol de Oblitas (ver video 2), conservo otra visión clara en mi retina, en la sala de mi casa. Con todos en torno del televisor. Y ella, en voz mitad de euforia, mitad de protesta, diciendo: "¡Cómo lo marcan al Maradona, pero mira cómo lo marcan al Maradona!". Muchos años más tarde, cuando reporteando me quedé encerrado en el camarín del América Cochahuayco y pude ver el tono de una charla técnica de la dupla Chale-Reyna en vivo y en directo, supe a ciencia cierta que esa imagen infantil tenía sustento.



SEIS

Ahora, si de mi abuelita Cristina y fútbol se trata, otro es mi recuerdo favorito. Iban 29 minutos de un partido cargado como él solo, con un Nacional hirviendo en medio de un proceso tenso como el de Oblitas. Y en eso, el brasileño De Souza Mendonca cobró lo que nunca se espera: que le expulsen un jugador clave al rival de Perú. Balbo se iba de la cancha y lo imposible comenzaba a ser posible. El 'Chorri' Palacios escapándosele a Matías Almeyda en el 0-0 de las Eliminatorias hacia Francia '98 (Foto: revista El Gráfico Argentina) En ese momento cumbre, mi abuelita soltó una máxima: "¡Qué lástima que expulsen a ese muchacho tan buen mozo!". Corría julio de 1996, tenía 15 años y, gracias a esa frase, entendí muchas cosas de la vida (y de las mujeres, y del fútbol).

Para acabar, puedo contar que mi tía Doris se casó con un gran y auténtico gaucho de las pampas -como lo llaman en mi casa- y nos dio tres primos argentinos. Siempre según mi abuelita, el mayor de ellos, que tiene mi edad, decía en la casa después de aquella eliminatoria del 85': "Mamá, yo soy argentino, pero la verdad quiero que ganen los peruanos".

Julio, esta vez yo también quisiera que ganen los peruanos, pero...


Fotos: revistas El Gráfico Perú, El Gráfico Argentina y Conmebol; libro Goles con Historia, Teodoro Salazar Canaval

Videos: YouTube / Usuarios: Broncano, Juanmag84