Juan Jayo parece haber querido hacer un último esfuerzo por ser recordado de cualquier forma menos como un ídolo respetable en el fútbol peruano. Su desplante a José Gálvez de Chimbote corona el esfuerzo del propio jugador por ensuciar una carrera que supo de suficientes momentos para pasar a la historia de otra forma.
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Por ello, más interesante resulta cuestionarse cómo un jugador que tuvo todo para ser una figura reconocida ha acabado perdiéndose en la antipatía popular, que hace diversas -pero igualmente crueles- categorizaciones con él.
"Jayo es un inmaduro". Probablemente sí. Al menos en la cancha, porque hasta estas alturas de su carrera ha sabido ver la roja por tonterías. Y fuera de ella, haber tomado una decisión como firmar por un club para regresar a otro que lo echó refleja, cuanto menos, poco amor propio.
"Jayo debe retirarse". En verano, el volante se ofendió en un amistoso ante EMELEC porque un juez de línea le dijo "retírate" cuando probablemente se refería a que debía alejarse de ese sector de la cancha. Solo él sabrá cuál es el momento óptimo para colgar los chimpunes. Eso sí: es ley en el fútbol que es preferible irte en olor a multitud antes de que la tribuna te bote. Y a Jayo nadie lo pidió en Sur durante las últimas semanas.
"Jayo es un matón". No le consta a nadie y puede que sea una frase muy fuerte, pero es claro que en Matute le temen desde los directivos hasta los guachimanes -basta verlo caminar por allí para darse cuenta-. En el campo, sus mentadas de madre gratuitas a los árbitros, que las cámaras delatan cada vez que lo filman, le han reforzado una imagen de capo antes que de líder o caudillo. Mediante el miedo, alguien puede dominar, pero nunca hacerse querer.
"Jayo no tiene ética". ¿A alguien le queda alguna duda?
Por otro lado, como siempre, hay abogados del diablo. Esos que bajo la bandera del "hay que entender la idiosincrasia del jugador peruano" califican de falsos moralistas a todos los que pedimos algo de decencia al sistema futbolístico en el país. Y entre ellos tampoco faltan los lugares comunes.
"Jayo ha hecho demasiado por Alianza para merecer ese trato". Es verdad que un jugador de las canteras que ha acompañado la etapa dura del club -la sequía de títulos-, la vuelta olímpica después de 19 años y tres campeonatos más merecería un adiós mejor que una carta de despido. ¿Pero quién se lo buscó? ¿Un club de fútbol debe tener dobles procedimientos con sus empleados, licencias especiales? ¿Por qué este país siempre tiene que dar segundas oportunidades?
"Jayo no podía acabar su carrera jugando en un club chico". Chimbote tiene casi 450 mil habitantes. Casi todos esos habitantes son hinchas, fanáticos -como en pocas partes del Perú- de José Gálvez. Gálvez es uno de los clubes que más gente lleva al estadio (casi 7 mil personas en horario laborable ante Minero el último miércoles). El que diga que es un club chico, sabe poco o nada de fútbol. Y así se hubiera ido a San Martín, la 'Muela' sola no merecería un desplante tal como abandonar un equipo en el aeropuerto.
"Jayo solo había jugado por Alianza, y eso pesa". En estos tiempos es muy difícil encontrar un jugador que solo vista una camiseta a lo largo de su carrera. En los últimos tiempos, hubo dos en los clubes grandes: Hinostroza y Carranza. El primero, mientras todos sus compañeros estrenaban carros del año, invirtió en una flota de ticos y en la construcción de un edificio; luego fue alcalde del distrito en el que de niño limpió carros. El segundo se quejaba después del retiro de que su club no le daba trabajo y ahora baila los sábados en la televisión. Quiera el tiempo que Jayo acabe pareciéndose al 'Churre' en algo más que el color de la camiseta.
"Jayo no puede regresar a Chimbote porque el alcalde lo ha indispuesto con el pueblo". Cuando un futbolista dice una sandez, siempre hay alguien doblemente sandio que le hace eco.
Una reflexión, para terminar. El último miércoles, en el Universitario-Cristal, el 'Chorri' Palacios salía caminando del campo cuando Raúl Fernández corrió tras de él y comenzó a apurarlo, empellones de por medio. Hasta algunos hinchas cremas se indignaron con algo que en términos de códigos futboleros -que un principiante tome de la camiseta a un ídolo nacional- es leído como una falta de respeto.
El 'Chorri' tiene la misma edad que Jayo. El 'Chorri' ha hecho una carrera muy parecida en circunstancias a la de Jayo, hasta incluso más rala en términos de logros, porque nunca llegó a Europa. El 'Chorri', jugando para Cristal, les marcó goles importantes a Universitario y a Alianza, pero no registra en su carrera un partido con dos golazos de su sello de media distancia a los rivales más enconados de la celeste como el que Jayo tuvo ante la 'U' en la Liguilla de 1994. El 'Chorri' metió varios de esos golazos desde fuera del área ante muchas selecciones jugando para Perú, pero jamás convirtió uno así ante Chile, el rival por excelencia de la blanquirroja, como el que le anotó Jayo en las Eliminatorias del año 2000. El 'Chorri' recibió elogios y muestras de cariño en México y Ecuador, pero jamás un gol suyo por esos lares tuvo tanta exposición mediática como el golazo que marcó Jayo con camiseta de Unión de Santa Fe en cancha de River Plate. Por último, el 'Chorri' tiene tantos o más ampayes televisivos en juergas y circunstancias incómodas que Jayo.
Me cuesta suponer que, el último miércoles, alguien se hubiera indignado porque Fernández hubiera empujado a Jayo para salir del campo. Y más bien supongo con facilidad que el 'Chorri' jamás habría dejado a Gálvez en el aeropuerto.