Fotos: ANDINA, Abelardo Delgado / DeChalaca.com
“Jugamos horrible… Pero el triunfo sirve para el clásico”. Primeras líneas de MSN de uno de los contactos más blanquiazules del listado apenas acabado el Alianza - Áncash. “Con este equipo estamos peleando la baja. Cualquier cosa menos perder el miércoles”, remata un amigo de toda la vida en la comida post partido.
Alianza, en la cancha y fuera de ella, está viviendo al día. Por la estafeta de salvadores ocasionales pasaron Manco, Montaño, Serna (¡Serna!), Baylón, Aguirre y ahora un ícono alquilado como Jorge Soto. Puede que alguno haya aportado soluciones de momento; pero en algún momento, Matute debe abandonar la cultura del inmediatismo futbolero para insertarse en esquemas modernos.La intimidad que caracteriza al club blanquiazul es una receta que, ya está dicho, puede proporcionarle resultados domésticos y de momento. Pero Alianza seguirá condenado a ser un paria internacional mientras no actúe con estrategia. El tema está mucho más allá de Franco y Claux; pasa por caer en la cuenta de que hoy Alianza es un club que, al más puro estilo de la FPF, es incapaz de organizar unas elecciones internas que debieron darse hace casi medio año. Precario, con instucionalidad construida en esteras.
Analícense las últimas decisiones en La Victoria. Llega Aguirre a meter los goles que ni en sueños hizo en Francia por el extensísimo lapso de tres meses, al cabo de los cuales quién sabe si habrá dinero para retenerlo. Luego asume José Soto, quien sin duda tiene pasta para ser entrenador, pero lo hace por presión de camarín más que por convicción de que ha alcanzado la preparación suficiente para asumir el cargo. Ahora se contrata a Jorge Soto, un jugador de 36 (sí, treinta y seis) años al que nadie puede negarle una histórica trayectoria en Sporting Cristal, pero que fuera de La Florida siempre tuvo problemas para destacar. Que Waldir Sáenz caliente un lugar fijo en la banca con proceso judicial de por medio, pase y venga -lo avala una historia en la casa-; pero que llegue alguien que tácticamente puede cumplir las funciones que ejecutan los dos refuerzos locales más decentes de la temporada -Tenemás por el carril derecho y Faiffer en la volante- suena a subutilización de recursos.Claro, es posible que el miércoles puedan pasar muchas cosas. Que Manco deje de pensar en Aura y frote la lamparita, por ejemplo. O que el ‘Camello’ pegue un tranco largo, se acabe abrazando con ‘Pepe’ y regale portadas e historias familiares para agotar ejemplares por tres días. Es un clásico, y si Alianza lo gana, los mismos que ridículamente hablarían de nepotismos si a los Soto no les va bien, los aplaudirán y venderán con ellos.
Pero los errores de Alianza son de fondo, y van más allá de Universitario y tres puntos.
Trascienden al impresentable Reaño, al caricaturesco Serna y al enésimo balón lanzado a la Unidad Vecinal de Matute por Benavides. Pasan por entender que Villanueva y José María hacían diabluras cuando el fútbol no corría a cien por hora. Por comprender que en el siglo XXI, las instituciones organizadas son las que escriben historias de éxito en la cancha.